Dani Alves insiste, "no me dijo que parara", pero la Fiscalía cree a la víctima
El ex futbolista presta testimonio por su presunta violación y asegura que fue sexo consentido. La Fiscal se muestra muy dura con el jugador: "Los hechos no merecen una pena mínima"
Era el día marcado en rojo en el calendario. El momento en el que Dani Alves, el ex futbolista brasileño acusado de violar a una mujer en la discoteca Sutton de Barcelona en diciembre de 2022, declaraba ante el juez. Alves ha mantenido en todo momento que durante el acto sexual con la denunciante ella nunca le dijo que le parara. Aún así, la Fiscalía ha sido especialmente dura en las conclusiones y asegura que no cabe una pena mínima por los hechos acaecidos.
Alves se ha negado a responder al ministerio público y a la acusación particular ejercida por la víctima y solo ha contestado a las preguntas de su defensa, en una comparecencia en la que ha acabado rompiendo a llorar.
El ex futbolista declaró que llegó a la discoteca bajo los efectos del alcohol ("no podía ni conducir", expuso). Una vez allí, y tras invitar a la chica y sus amigas a un reservado, la víctima se habría acercado a él mientras bailaba y, tal y como ha declarado, "empezó a bailar más pegado a mí, a 'perrearme', empezamos a rozar nuestras partes. Ella empezó a tocar mis partes. Cuando me tocó, pensé que había una tensión sexual y hablé con ella para que fuéramos al baño. No le tuve que insistir".
Unos minutos después, se dirigieron al baño del reservado, al que él llegó antes que la denunciante. Según el deportista: "Pensaba que no vendría, pero al final entró. Nos empezamos a besar. Me empezó a bajar los pantalones, yo le ayudé. Me senté en la tapa del váter y se puso de rodillas para hacerme una felación. Estuve todo el rato sentado, solo me levanté para correrme fuera de su sexo después de la felación, que fue prácticamente todo el rato que estuvimos en el baño".
Para concluir, el acusado ha querido añadir unas palabras: "Salí porque no quería que nos vieran salir juntos del baño. Ella no me dijo que se quisiera ir. Yo no le impedí que saliera. No la abofeteé, ni la cogí del pelo. No soy ese tipo de hombre, no soy violento. Tampoco quise practicarle sexo oral. Ella no me dijo nada, estábamos disfrutando los dos, nada más. No me dijo que parara, que no quería".
La Fiscalía, durísima
Mientras, la fiscal ha pronunciado palabras muy tajantes hacia el jugador. "Vino al juzgado de instrucción totalmente tranquilo. Se consideraba totalmente impune. Los cambios de versión han sido llamativos". "Las huellas encontradas en el baño de la discoteca coinciden exactamente con la explicación que dio la víctima" de la posición en que el futbolista la colocó. "Pero con la explicación de Alves, la víctima estaba mirando a la pared", ha afirmado.
"Al ser tan mediático los daños morales exceden con creces el ser víctima de una agresión sexual. Este asunto, estos hechos, no son merecedores de una pena mínima", ha afirmado la fiscal Elizabeth Jiménez, que pide nueve años de cárcel y una indemnización de 150.000 euros para la víctima. Su defensa, mientras, pide la absolución o en su defecto un año de cárcel (el que el jugador ya ha pasado en prisión preventiva) y 50.000 euros de indemnización.