La victoria del Atlético es la peor derrota de la temporada para Laporta
El pase rojiblanco a cuartos de la Champions deja al Barcelona a expensas de un milagro para clasificarse para el nuevo Mundial de Clubes, que reparte 50 kilos sólo por participar
Joan Laporta, presidente del Barcelona. con Enrique Cerezo, presidente del Atlético
La clasificación del Atlético de Madrid a cuartos de final de la Champions, tras eliminar al Inter en los penaltis tras un épico partido (2-1) ha dejado un daño colateral inesperado: el de Joan Laporta, presidente del Barcelona. Y todo, a costa del nuevo Mundial de Clubes 2025, un torneo ampliado, que tendrá lugar en Estados Unidos pero para el que no pueden clasificarse todos.
Tras la clasificación del Barcelona ante el Nápoles del martes, todo parecía encaminado a que los azulgrana estarían en ese torneo, pero la clasificación atlética pone al cuadro madrileño mucho más cerca de disputar la primera edición del torneo. Sólo quedan por repartirse once plazas de las 32 que va a tener la competición. En el continente europeo quedan dos plazas libres y Atlético de Madrid y Barcelona mantienen una lucha titánica por una plaza, mientras que el Arsenal y el Salzburgo compiten por la otra.
Ahora mismo, los culés tienen seis puntos de desventaja respecto a los rojiblancos en el ránking de coeficientes UEFA que es una de las vías de acceso al torneo. Por tanto, los de Xavi necesitan seis puntos más para igualar a los del Cholo Simeone. Cada victoria otorga dos puntos, el empate uno y, además, el pase a semifinales tiene otro punto extra. Así que el Barcelona tiene que rezar para que el Atlético caiga en cuartos sin siquiera empatar uno de los dos partidos y ellos, pasar a semifinales y entre las dos rondas, ganar dos partidos y al menos empatar uno.
50 kilos en juego y un vicepresidente económico menos
La victoria del Atlético de ayer supuso la peor derrota del curso para Laporta, puesto que clasificarse para el Mundialito americano reportará 50 millones de euros a cada club clasificado, algo que dada la complicadísima situación económica de los azulgrana era una bocanada de oxígeno trascendental. Una palanca deportiva que, de activarse, hubiera aliviado el verano en la Ciudad Condal.
Mientras, esta misma mañana se ha sabido que Eduard Romeu abandonaba su cargo como vicepresidente económico del Barcelona, dejando como legado la política de las palancas, por las que el Barcelona fue vendiendo activos a fondos de inversión y bancos a cambio de poder mantener la competitividad del primer equipo y salvar las reglas del fairplay financiero de LaLiga.