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Lucas Vázquez hace volar a un Real Madrid con LaLiga en el bolsillo

Forzó un penalt que anotó Vinicius, marcó un gol y dio la asistencia a Bellingham para el 3-2 definitivo ante el Barcelona en el Clásico. Los blancos lideran con 11 puntos de ventaja

Bellingham y sus compañeros abrazan a Lucas Vázquez tras el triunfo del Real Madrid (3-2) ante el Barcelona

Publicado por
Miguel Queipo de Llano

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Son malos tiempos para ser hater de Lucas Vázquez. Pero que muy malos. El gallego de Curtís, Curtismán, marcó su penalti en la tanda ante el City con una tranquilidad pasmosa y ante el Barcelona, en la victoria del Real Madrid en El Clásico (3-2) se desató con un partido para el recuerdo: forzó un penalt, marcó un gol y dio la asistencia definitiva a Bellingham en la prolongación que deja tres cuartos de LaLiga en el bolsillo del Real Madrid.

Un Clásico en el que el Real Madrid sólo jugó a ráfagas, agotado por lo de Manchester, cosa normal. Camavinga fue titular como lateral izquierdo, Lucas Vázquez en el derecho, Tchouameni de central con Rudiger y Modric en el eje con Kroos y Valverde. Curiosamente, Ancelotti puso en el once a Rodrygo y Vinicius, visiblemente agotados desde el silbatazo inicial.

Los de Ancelotti salieron al trantrán, parsimioniosos, el depósito de gasolina en la reserva tras el enorme desgaste que tuvieron que hacer para sobrevivir al vendaval del Manchester City. El Barcelona se encomendó a un Yamine Lamal en estado de gracia, que le complicó sobremanera el partido a Camavinga hasta que se le agotó la batería. Y encima se le puso toda la cara para olvidar la eliminación ante el PSG: un error al alimón entre Lunin y Kroos permitió a Christensen anotar casi a placer el 0-1. Era el minuto 6.

El Madrid aceleró. No mucho, un poco. Y empató muy rápido, apenas diez minutos después. Lucas Vázquez penetró en el área por su banda, Cubarsí cometió su primer error grueso de la temporada dejando la pierna suelta y Curtismán no desaprovechó para impactar con ella. Penalti. Y gol de Vinicius, que al menos hizo dos cosas bien durante el partido, eso y la asistencia del 2-2: durante el resto del encuentro, chutó cuando tenía que centrar y centró cuando tenía que chutar. No estuvo mal, pero sus elecciones fueron siempre erróneas, signo inequívoco de que el cansancio no le dejaba pensar con nitidez.

Con Lewandowski haciendo estragos en los balones aéreos, el Madrid blandeando en cada saque de esquina y Modric siendo el más destacado de los blancos (lo que da una idea del ritmo del encuentro), un gol fantasma del Barcelona hizo intervenir al VAR: imposible saber si fue gol o no, y vergonzoso que LaLiga no disponga de una tecnología que vale menos que los canapés de un ágape cualquiera en el Bernabéu.

La lesión de De Jong justo antes del descanso en el tobillo izquierdo tras una disputa con Valverde provocó que Xavi meteria a Pedri en el verde de un Bernabéu que estrenaba el videomarcador gigantesco que sirve para que se vea el resultado desde Navacerrada. El canario dinamizó a su equipo, pero sobre todo lo hizo Fermín: el onubense, uno de esos chicos que el madridismo de a pie mira con envidia porque tiene ADN Real Madrid y no Barcelona, fue un tábano a la hora de la siesta.

El Barcelona sabía que se jugaba sus opciones ligueras, y se fue arriba con todo, con Valverde convertido en un frontón en todas las zonas del campo. Hasta que precisamente Fermín recogió un mal rechace de Lunin tras jugadón de Lamal y logró el 1-2 cuando apenas quedaban 22 minutos para que acabara el partido.

Y entonces el Madrid decidió acelerar. Apenas cuatro minutos después, Lucas Vázquez, Curtismán, llegó como un obús y aprovechó un pase de Vinicius para machacar el empate 2-2 que volvía a dejar casi todo para el principio. Pero era eso, 'casi todo'. Porque el Madrid encendió todas las luces y decidió acabar con LaLiga, ya sin Rodrygo ni Vini sobre el verde.

Y lo logró, como sólo lo hace el Madrid. La Real Madrid way of life. Con el tiempo cumplido, como en el partido de la primera vuelta. Lucas volvió a internarse por la derecha y metió un pase al corazón del área que Joselu dejó pasar y Bellingham, extraordinario partido pero hasta ese momento poco lucido el suyo, para machacar el 3-2, agarrar una de las asas del trofeo del campeón liguero y a esperar el alirón. El Real Madrid le saca once puntos al segundo, el Barcelona, con dieciocho en disputa. El título lo tienen los blancos en el bolsillo salvo hecatombe.