Joselu y la enésima locura llevan al Real Madrid a la final de Wembley
Otro final de partido histórico de los de Ancelotti lleva al Rey de Europa a enfrentarse contra el Dortmund. El delantero canterano, con dos goles, cierra otro partido histórico
Ora vez. Otra vez el Real Madrid en una final de Champions. Otra vez remontando agónicamente en el alargue un marcador en contra. Otra vez aprovechando el tornado que se desata sobre el Bernabéu, con o sin techo, cada noche de Copa de Europa. Esta vez el héroe inesperado fue Joselu, el canterano de los 500.000 euros. Los de Ancelotti derrotaron 2-1 al Bayern dándole vuelta a un 0-1 adverso cuando el partido agonizaba y estarán en la final de Wembley.
Fue la enésima locura blanca, la mística del escudo y de la camiseta desatando toda su fuerza sobre un Bayern que tenía todo más o menos bajo control y que ya se veía en la final. Pero apareció la magia, el escudo, la camiseta blanca, la fuerza de las Catorce, y cayó pulverizado al césped sin saber muy bien qué estaba pasando.
Durante gran parte del partido, los alemanes parecieron tener todo a favor. El Madrid dominaba, monopolizaba el balón, tenía ocasiones... pero ya saben aquello de los Expected Goals que se ha puesto de moda en la escuela culé de entrenadores fracasados. Lo que cuenta es marcar. Y el Madrid se encontró con un inconmensurable Neuer y si no, con el poste. Pero no con el gol.
Pero los blancos iban e iban, y el Bayern resistía y resistía confiando todo su juego a una de esas transiciones que destrozan a cualquier rival. La encontraron en el segundo tiempo, con un golazo sideral de un objetivo madridista, el canadiense Davies, que lo celebró como si Florentino Pérez le debiera algo. Ése 0-1 fue un mazazo porque el Madrid entró en pánico.
Su juego de repente se deslabazó: el Bayern vivía muy cómodo, demasiado cómodo, y pudo sentenciar el encuentro a la contra. Pero no lo hizo. Y entonces apareció Joselu, el patito feo, el jugador ninguneado por una parte de la afición que lleva toda la temporada reclamando un nueve pese a que el equipo ha ganado LaLiga y estaba en semifinales de Champions.
Se acababa el tiempo. El rejoj descontaba segundos. Pero estaba Joselu. Dos que cazó, las dos a la cazuela. Una de ellas, tras revisión VAR. El Bayern, como tantos y tantos otras veces, no sabía de dónde el habían sacado dos manos que le mandaron a la lona. El Madrid está en Wembley con su receta clásica. El Rey siempre está.