Rudiger, el héroe inesperado: un central de época y el rey de todas las fiestas
El defensor alemán, que llegó con la vitola de loco, se ha ganado el respeto de todo el madridismo con actuaciones memorables. Además, es el que más disfruta con cada victoria
Cuando llegó al Real Madrid, lo primero que hizo tras saludar a sus compañeros fue decirles que no le llamaran Toni, que Toni era Kroos. Antonio Rudiger les explicó que prefería que le llamaran Rudi, aunque El Loco es otro de los motes con el que le conocen sus compañeros. El defensor alemán, 31 años recién cumplidos, mostró desde el primer día su total predisposición a ser parte vital del club blanco. Y vaya si lo ha demostrado.
Esta temporada, ante las lesiones de larga duración de Eder Militao y de David Alaba, le ha tocado a Rudiger, en principio el tercer central de la plantilla tras el brasileño y el austriaco, tomar la responsabilidad. Y vaya si lo ha hecho. No sólo por sus extraordinarias prestaciones defensivas, rubricadas además con una salida en largo del balón que es como un caramelo para los centrocampistas y delanteros, sino también por su personalidad.
Tras eliminar al Bayern Múnich en otra de esas épicas remontadas que solo se viven en el Bernabéu, Rudiger mostró que es el alma del vestuario, uno de los jugadores más queridos por la afición y un converso madridista de tomo y lomo. Porque si alguien disfrutó de la clasificación para la final fue él, y no dudó en demostrarlo: bailando con Ancelotti hasta casi descuajaringarle, con la silla de Alaba, corriendo a su particular manera para encandilar a la grada, con la afición... Rudiger es cosa aparte.