Lamine Yamal y La Masía, lo único que hace sonreír a Joan Laporta
El club azulgrana tiene que decidir si para el curso que viene su columna vertebral es de canteranos (Araujo, Balde, Yamal, Gavi y Fermín) o vende a unos cuantos para salir al mercado
La segunda etapa de Joan Laporta como presidente barcelonista se le está haciendo bola al abogado barcelonés, y no solo por lo orondo de su figura desde que regresó al palco del Barcelona. Con todos los títulos futbolísticos perdidos y peleando con el Girona por ser segundo en LaLiga, con el fútbol sala perdiendo la final de la Champions ante el Palma, con el equipo de baloncesto fuera de la Final Four y muy por detrás de los líderes en la ACB antes de que empiecen los playoffs... Pero a Laporta le queda Yamine Lamal. Y La Masía. Lo único que le hace sonreír.
Lamal se marcó un partidazo en la noche del lunes ante la Real Sociedad y el jugador, representado por Jorge Mendes, se ha convertido en el santo y seña sobre el que reconstruir el club azulgrana ahora que la tesorería está tiesa (más aún si no logra acabar segundo en LaLiga) y que toca ilusionar a una afición que reniega del equipo.
Pero quedan unos nombres propios a los que aferrarse. En lo sentimental seguro, y habrá que ver si en lo económico también. Además de Lamal, Araujo, Balde, Gavi y Fermín forman la columna vertebral del Barcelona de entreguerras (léase telarañas en el banco) que se viene. Más aún si fichajes como el de Vitor Roque acaban resultando en un absoluto fiasco y en una pila de millones tirados a la basura.
Vender para fichar o tirar con La Masía
Ahora es el Barcelona el que tiene que decidir qué quiere ser: si millonario y salir al mercado o tirar de cantera, aguantar el chaparrón e ir con lo puesto hasta que los billetes verdes regresen a las arcas azulgrana. Por Lamal, Laporta tiene una oferta de 200 millones de euros del PSG sobre la mesa, según dicen. Y de entre 80 y 100 por Araujo. Y de unos 50 por Balde. Tres canteranos por los que el club azulgrana puede ingresar una buena cantidad de dinero para tratar de contrarrestar el efecto Mbappé. La peor pesadilla de un aficionado culé es ver al Madrid ganar la décimoquinta en Wembley y al par de días que encima fiche al francés.
Los que no se van a mover seguro son Gavi y Fermín. La ausencia del primero, lesionado de larga duración a mitad de temporada, coincidió con el desplome absoluto del equipo: el sevillano es vital en el Barcelona. Mientras, el onubense ha acabado a tal nivel la temporada que suena con fuerza para estar convocado para disputar la Eurocopa con España. Dos andaluces (puro ADN Real Madrid por carácter, además) haciendo camino en Barcelona, la vida es cíclica.
El canario Pedri no es canterano, pero entre su mala fama debido a, dicen, su afición por trasnochar y sus sempiternos problemas con las lesiones musculares tampoco sería desdeñable su venta, igual que la de un Lewandowski que por su elevadísimo salario el curso que viene (32 millones de euros brutos tendría que cobrar) parecen más fuera que dentro del Nou Camp.