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Nadalada de Alcaraz: a su 1ª final de Roland Garros con una remontada épica

El murciano remó a contracorriente casi todo el partido ante el sofocante calor parisino y un rival que demostró por qué es el número uno de la ATP. La final el domingo ante Zverev o Ruud.

Carlos Alcaraz celebra uno de sus puntos contra Sinner en las semifinales de Roland Garros.

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Esperábamos un partidazo entre dos de las estrellas futuras y presentes del tenis mundial y no defraudó. Carlos Alcaraz y Jannick Sinner nos han dejado más de 4 horas de un duelo que ha estado a la altura de las expectativas y que ha tenido de todo: altos y bajos, tenis de calidad y tenis emocional... Toda una batalla sobre el polvo de ladrillo que se ha acabado llevando Alcaraz para meterse en su primera final de Roland Garros. Allí se medirá a Alexander Zverev (verdugo de Rafa Nadal) o Casper Ruud el próximo domingo.

Vídeo: @DAZN_ES

El español arrancaba de la peor manera posible en el día menos indicado para ello. Enfrente un intratable Sinner que dominó el primer set ante un fallón Alcaraz, al que no le entraban las derechas y errático, con dudas, con su saque. Desde la grada su entrenador, Juan Carlos Ferrero, insistía en que le diera más recorrido, más soltura, a su derecha y que se metiera en un partido que se vislumbraba largo y tortuoso ante el número uno del mundo. El pelirrojo italiano solo había perdido dos partidos en lo que iba de año -uno de ellos precisamente contra el de El Palmar en Indian Wells- y solo había cedido un set antes de llegar a este partido durante este Roland Garros.

El sol que azotaba la Philippe Chatrier parecía afectar a un Alcaraz que, como ejemplo de su desesperación, se enfadaba porque con 5-2 y a punto de acabar el set, todavía no le habían traido las toallas con hielo que pidió nada más arrancar el encuentro. Fuera de partido Carlos y muy dentro el espigado tenista italiano que se lo llevaba 6-2.

Alcaraz necesitaba como agua de mayo el clásico borrón y cuenta nueva, pero el principio del segundo set no auguraba lo mejor para el español. Aún con muchas dudas y con mucho segundo saque, Sinner empezó clavando varias en las líneas para llevarse el primero del segundo set. Break para él número uno del ránking ATP ante un Alcaraz irreconocible que necesitaba hacer click en su cabeza. Y vaya si lo hizo.

Desde ese juego, que metía a Alcaraz en un problema, la balanza empezó a equilibrarse gracias a que su derecha empezó a hacer el daño que suele hacer en sus rivales. Sinner de lado a lado de la pista aguantaba, paradójicamente, el chaparrón bajo el sol de justicia de la pista central de Roland Garros que disfrutaba del 'Carlitos' que conocemos. El pupilo de Ferrero entró en el partido a base del clásico tenis emocional de un tenista español que comenzaba a levantar el puño con más frecuencia. Buena señal sin duda. El Alcaraz que conocemos estaba de vuelta para igualar el partido y cambiar la sensación del duelo.

Con las cosas más equilibradas, el tercer set fue igualado hasta que, curiosamente, entró el fisio para tratar el acalambrado brazo derecho de Sinner. La pausa pareció enfriar al español que también parecía tener molestias en su brazo. Al volver del parón el italiano consiguió el break, que aguantó hasta el final a pesar de una nueva entrada del médico para, esta vez, masajear las piernas de un Sinner que cerraba el set.

En el cuarto, de nuevo igualdad, con ambos contendientes dando su máximo esfuerzo en uno de esos partidos de Grand Slam que exprimen a los protagonistas. La manga llegó 4-4 al momento clave y Alcaraz ganaba su saque para poner la presión al otro lado de la red con el 5-4. El murciano apretó el acelerador, olió sangre y no perdonó la única bola de break que tuvo para mandar el partido al último y definitivo quinto set.

La batalla se acercaba a su fin y Alcaraz se encontraba un poco más cómodo que Sinner. Ambos tiesos, apareció el carácter más caliente del español ante un italiano siempre frío en sus expresiones. La manga definitiva se le puso pronto de cara a Carlos, rompiendo a las primeras de cambio y luchando cada juego para acabar cerrándolo no sin sufrimiento. 5-3 con saque para el murciano que perdonó dos bolas de partido pero no tres. A su primera final de Roland Garros por todo lo alto.