Laporta se marca un Figo en el baloncesto para resucitar al moribundo Barcelona
El equipo azulgrana se entromete en la renovación de uno de los jugadores estelares del Real Madrid, le hace una oferta irrechazable y será culé las próximas cuatro temporadas
Joan Laporta ya tiene su Luis Figo, entendido como el acto de birlarle al máximo rival, en este caso al Real Madrid, a una de sus grandes estrellas para reforzar su plantilla. Ha sido en baloncesto, y no en fútbol, pero el próximo aterrizaje del ala-pivot croata Mario Hezonja en el FC Barcelona y la filtración del acuerdo del balcánico con el club en el que se formó, abandonando la entidad blanca, ha provocado un terremoto deportivo.
Hezonja acaba contrato con el Real Madrid el próximo 30 de junio. El croata se convirtió en ese tiempo en un jugador importante dentro de la rotación del equipo entrenado por Chus Mateo, pero alrededor suyo siempre circuló el runrún de que demandaba más protagonismo en un equipo que ha ganado todo esta temporada salvo la final de la Euroliga y de que, además, solicitaba un salario astronómico para renovar su contrato.
Pese a que el jugador públicamente demandó 'casito' por parte del Real Madrid, hasta en dos ocasiones estas últimas semanas, para que Florentino Pérez forzara la máquina y le pusiera sobre la mesa la cantidad de billetes que demandaba, el croata se hartó de esperar y ha firmado un precontrato con el Barcelona de cuatro temporadas a razón de tres millones de euros por cada una de ellas. Un salario desorbitado en la Casa Blanca: para que se hagan una idea, Walter Tavares, el pívot más dominante fuera de la NBA, cobrará cuando se anuncie su renovación 1,85 millones de euros. El mayor salario de la plantilla de largo.
El caso Figo
Luis Figo fue el gran golpe de efecto que llevó a Florentino Pérez a ganar las elecciones a la presidencia del Real Madrid en el año 2000. Como entonces, Figo demandaba un mayor salario al Barcelona para renovar, pero la situación electoral en el Barcelona y la negativa de los candidatos a subirle el sueldo hicieron que firmase un preacuerdo con Florentino, que no era presidente, por el que se convertiría en jugador madridista si ganaba las elecciones. La noticia se filtró, el socio blanco se ilusionó y Figo acabó vestido de blanco previo pago de los 60 millones de euros de su cláusula de rescisión. Un antes y un después en el fútbol español.