Víctor Bueno Fernández, el niño que no pudo correr pero consiguió volar
Hace 20 años nació con un problema de espina bífida. Con 14, fue el jugador más joven en debutar en la liga de baloncesto en silla de ruedas. Juega con España Sub-23, pero al Gobierno socialista no le interesa
Victor Bueno Fernández es uno de ellos. Chicos que no superan los 23 años y esta pasada semana han participado en el Campeonato de Europa con la selección española Sub-23 de baloncesto en silla de ruedas. Para nuestro protagonista y el resto de compañeros, la vida no pone límites, los límites se los pone uno. Quizás fue la frase que todos ellos se susurraron cuando comenzaron la aventura entonces y hoy oficio, de emprender un camino de sacrificio que tan sólo los que no se encuentran en sus circunstancias se percatan de la realidad. A veces cruda, la realidad de unos. O de los otros, según se mire.
Victor nace hace 20 años en Málaga con un problema de espina bífida. Una enfermedad que lo lleva a una discapacidad de por vida. Era irreversible. Algo que no lo incapacitó para seguir en la lucha de sus sueños. No pudo andar pero tenía claro que volaría con su profesión. Fue a la edad de ocho años cuando comenzó en una escuela de baloncesto para personas en silla de ruedas. Al cumplir los catorce años debutó en la máxima categoría y tan sólo dos años después consiguió la primera temporada completa con su primer equipo. Desde aquel día hasta hoy, la vida sigue igual. Afortunadamente y por encima de todo, con mucho sacrificio.
Trayectoria de lucha y tesón
Víctor es campeón de España en edad escolar. También Campeón de España Sub-22 por dos veces consecutivas. Campeón de Andalucia en seis ocasiones. Víctor es historia del deporte español. Se conviritó en el jugador más joven en debutar en la mejor liga del mundo de baloncesto en silla de ruedas con 14 años.
El lunes día 24 de junio a las 9:30 horas se inauguraba este campeonato de Europa con la selección española Sub-23 de baloncesto en silla de ruedas. En el palco de autoridades ninguna representación del gobierno nacional y muy progresista socialista. Ni siquiera las ministras del ramo de la integridad y la igualdad. Una tema es la realidad y otra distinta la pancarta y la protesta de algunas siglas.
El palco de autoridades lo ocuparon el pasado lunes personas más importantes para Victor. Sus abuelos, María y Antonio, sus padres Yolanda y Miguel, su tía Gema, su hermano Miguel y sus primos Hugo y Leo. Y algunos amigos cercanos e íntimos de la familia que arroparon a la estrella de la familia.
Para Victor, estas personas eran mucho más importantes en el día de la inauguración que la ausencia en día tan señalado de Pedro Sánchez. Las autoridades políticas acuden a los deportes de masas pero en los que se catalogan de paralímpicos, hacen mutis por el foro. Menos ministerios con cartelitos de propaganda y más más realidad de a pie de calle. Lo segundo cuesta más esfuerzo.
La vida de Victor ha estado marcada por la silla de ruedas y por el deporte. La natación y la hípica fueron sus primeros acercamientos con el mundo deportivo. Después llegó el tenis. Su hermano jugaba al fútbol en una escuela. Al lado, otra escuela, la de tenis. Victor se interesó y un angel que por allí deambulaba le comentó que nunca había entrenado a tenistas en silla de ruedas. Había llegado el momento. Comenzaba un reto entre las dos partes. Conseguido.
Tiempo después, Victor decide que quiere emprender deportes colectivos y no tan individuales. Y así se llega al baloncesto. La necesidad de compartir hizo que hoy sea una estrella del baloncesto y no del tenis. El capricho del azar o la motivación de una superación.