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Tour de Francia: descubre cuáles son los puertos más míticos y temibles

La considerada como carrera ciclista más prestigiosa lo es principalmente por las montañas que tienen que atravesar los participantes: Alpe d'Huez, Mont Ventoux, Tourmalet... todos tienen sus peculiaridades.

El campeón del Tour, Jonas Vingegaard, en la ascensión al mítico puerto de Alpe d'Huez.

El campeón del Tour, Jonas Vingegaard, en la ascensión al mítico puerto de Alpe d'Huez.DPA vía Europa Press

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Héctor Castellanos

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Durante el mes de julio se disputa como cada año el Tour de Francia. La ronda gala se conoce principalmente por sus desafiantes etapas de montaña, donde los ciclistas se enfrentan a algunos de los puertos más duros, icónicos y temibles del mundo. Estos puertos no solo son un reto físico y mental, sino que también forman parte de la rica historia del ciclismo. Aquí exploramos algunos de los puertos más míticos y temibles del Tour de Francia.

Alpe d'Huez

El Alpe d'Huez es probablemente el puerto más famoso del Tour. Con sus 21 curvas numeradas y una altitud de 1.850 metros, este ascenso ha sido escenario de numerosas hazañas y desastres desde su primera inclusión en 1952. La pendiente media es del 8.1%, lo que hace que cada curva se sienta como un desafío monumental. Es un puerto que ha consagrado a muchos campeones y destruido los sueños de otros tantos.

El pelotón del Tour de Francia subiendo el temible Alpe d'Huez.

El pelotón del Tour de Francia subiendo el temible Alpe d'Huez.DPA vía Europa Press

Mont Ventoux

Conocido como "El Gigante de Provenza", el Mont Ventoux es otro de los puertos más temidos del Tour. Este monte solitario se eleva a 1.912 metros y es famoso por sus vientos implacables y su paisaje lunar en la cumbre. La subida desde Bédoin es la más dura, con una pendiente media del 7.5% y tramos que alcanzan el 12%. El Ventoux ha sido testigo de momentos dramáticos, incluyendo la trágica muerte de Tom Simpson en 1967.

Subida al Mont Ventoux.

Subida al Mont Ventoux.Florian Frison

Col du Tourmalet

El Col du Tourmalet es el puerto más alto de los Pirineos y uno de los más recurrentes en la historia del Tour. Con una altitud de 2.115 metros, la subida desde Sainte-Marie-de-Campan tiene una pendiente media del 7.4%, mientras que desde Luz-Saint-Sauveur es del 7.5%. Es un puerto que ha definido muchas ediciones del Tour, destacándose por su dureza y la belleza de sus paisajes.

Geraint Thomas y Julian Alaphilippe subiendo el Tourmalet.

Geraint Thomas y Julian Alaphilippe subiendo el Tourmalet.DPA vía Europa Press

Col de la Madeleine

Situado en los Alpes franceses, el Col de la Madeleine es conocido por su longitud y su desafiante pendiente. La subida desde La Chambre es de 19.3 kilómetros con una pendiente media del 8%, alcanzando una altitud de 2.000 metros. Esta ascensión no solo pone a prueba la resistencia de los ciclistas, sino que también ofrece algunas de las vistas más impresionantes de los Alpes.

Col du Galibier

El Col du Galibier, a una altitud de 2.642 metros, es uno de los puertos más altos y exigentes del Tour. La subida desde Valloire tiene una pendiente media del 6.9% en 18.1 kilómetros, mientras que desde Briançon es del 6.8% en 34.9 kilómetros. Este puerto ha sido crucial en muchas etapas del Tour y es recordado por las épicas batallas que se han librado en sus rampas.

Col d'Aubisque

El Col d'Aubisque es otro puerto pirenaico legendario, con una altitud de 1.709 metros y una pendiente media del 7.2%. La ascensión desde Laruns es particularmente desafiante, no solo por la pendiente sino también por el terreno irregular y las condiciones climáticas impredecibles.

Estos puertos son solo algunos ejemplos de los desafíos que los ciclistas enfrentan en el Tour de Francia. Cada uno tiene su propia historia y mística, contribuyendo a la leyenda de esta grandiosa competición. Ya sea por su altitud, su pendiente, o las historias que se han tejido en sus curvas, estos puertos representan el máximo reto en el ciclismo profesional.

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