Eurocopa 2024
España se mete en la final de la Eurocopa tras un ejercicio de resistencia: sí pasaron
Yamine Lamal y Dani Olmo le dieron la vuelta al gol de Francia (2-1). Los de De la Fuente jugarán por conquistar su cuarto título continental contra el ganador del Inglaterra-Países Bajos de este miércoles
España se ha cepillado en cuatro días a Alemania y a Francia en la Eurocopa, así que eso es suficiente currículum como para intuir que es la mejor selección de este torneo. Los de De la Fuente derrotaron a los bleus (2-1) remontando el gol inicial francés y tras un soberbio ejercicio de resistencia y esperan rival entre Inglaterra y Países Bajos para la final del domingo en Berlín. L'Equipe tituló con el bélico "No pasarán" la previa del partido. Pero los españoles pasaron: vaya si pasaron.
A la Selección se le torcieron las cosas en el arranque. Controlando el juego sin problemas desde el saque de centro, con Rodrigo y Fabián ejerciendo de mariscales de campo, la primera aproximación francesa fue una colleja: Mbappé aprovechó la falta de contundencia de Navas en el costado y Kolo Muani se anticipó a un apático Laporte para cabecear a gol, el primero de Francia en juego abierto en todo el torneo.
Pero cuando cualquier otra seección hubiera acusado el golpe, España reaccionó con una sobredosis de su apuesta futbolística. Aunque Nico Williams no podía nunca con Koundé, España cercó a Francia en su área y le dio la vuelta al marcador en apenas cuatro minutos. Primero, con un golazo sideral de Lamine Yamal, el niño al que los franceses menospreciaban. Un gol con su sello, porque esa jugada la hace mil veces y siempre es imparable.
Y apenas cuatro minutos después, Dani Olmo, el que está siendo el mejor jugador español de la Eurocopa, descuajaringó a Tchouameni en el área francesa y remató cruzado para salvar al meta francés con la ayuda de un rebote en Koundé. Real Madrid y Barcelona retratados en la misma jugada.
España remontaba con cuajo, con aire de ser un equipo que sabe lo que tiene que hacer en cada momento y que no se descompone. Pero a partir de ahí, y tras cinco minutos que a los de Deschamps les temblaron las piernas, estaba claro que el resto del partido iba a ser una agonía: Francia es bicampeona del mundo, una selección con más físico que un concurso de Miss Universo e iban a apretar hasta en el descanso.
La Resistencia
Así que tocaba un ejercicio de resistencia. España perdió el balón, Francia lo recuperaba a base de dentelladas por todo el campo, y se vivía en campo hispano. La Selección se refugió en torno a Unai Simón y se puso el mono de trabajo: sin necesidad además de dar demasiados palos y aprovechando que la capacidad inventiva de Francia es muy limitada: te machacan arrollando, pero no creando.
Con Laporte enmendando su error en el gol galo y comandando las operaciones defensivas junto con, otra vez, un excepcional Rodrigo, la trinchera de España apeñas sufrió. Un par de despistes que permitieron a un gris plomizo Mbappé atacar a la contra, pero sin ningún tino, y algún susto a balón parado, mal resuelto por Tchouameni y Upamecano para alborozo de los de De la Fuente. Pero poco más.
Toda España murió en labores defensivas: de Morata, que se dejó el alma presionando, a Lamine y Nico. La entrega de todos y cada uno de los jugadores en tareas defensivas fue excepcional, aunque no quedaba fuelle para asomarse al balcón de una Francia que se lanzó con todo contra Unai Simón, peo sin meter tampoco demasiado miedo.
Así que España está en la final de la Eurocopa. Estos muchachos no han ganado nada, pero se merecen desde ya el reconocimiento público de todo el país: compañerismo, alegría, talento y orden. Nadie puede ponerles un pero. En Berlín, pelearán por envolver con papel bonito el regalo que nos han ofrecido este verano.