FÚTBOL
España también gana a los nacionalistas: llenazos en Barcelona, Bilbao, Pamplona...
El triunfo de la selección nacional fue seguido masivamente por todos los lugares de la geografía española sin apenas excepciones y con sobresalientes y clarificadoras alegrías en lugares muy significativos.
Sería conveniente comenzar este texto recordando que el primer gol de la selección lo marcó un navarro que juega en el Athletic Club y que el de la victoria definitiva fue obra de un delantero que ha hecho toda su carrera en la Real Sociedad. Es más, solo un club, curiosamente el Athletic de Bilbao, tuvo el honor de alinear a dos futbolistas titulares en la final y, ya rizando el rizo, el club de Anoeta tuvo hasta cuatro jugadores que participaron en el partido que dio a España la cuarta Eurocopa de su historia.
Por ese, y pese a todos los complejos reinantes y a declaraciones más estrambóticas que otra cosa, no es tan extraño confirmar que el seguimiento del triunfo de la selección fue absolutamente masivo en todos los lugares de la geografía nacional, incluso en aquellos donde, en cuestiones políticas, gobiernan partidos nacionalistas, cuando no políticos independentistas.
Deportes
Gerona y Santiago, puntos negros en la España enamorada de su selección nacional
Agustín Díaz
Al final, Gerona quedó como una de las pocas capitales españolas donde no se instalaron pantallas gigantes para seguir en directo. Su alcalde dijo que solo las pondría para seguir encuentros de la selección catalana y ostentó un dudoso título que Santiago de Compostela evitó en los últimos momentos por la mediación de la Diputación coruñesa.
Los llenazos se fueron sucediendo por todos los lugares de España. En Pamplona, por ejemplo, el alcalde Joseba Asirón, de EH Bildu, aprobó la instalación de una pantalla porque el pleno municipal así lo había votado, aunque si por él fuera, no habría sucedido. Y hubo lleno.
El céntrico parque de Santa Casilda, en Bilbao, fue el lugar elegido por el Partido Popular en la capital vizcaína para congregar a los seguidores de la selección española y allí todos vibraron, sobre todo, con el gol de Nico Williams y las paradas de Unai Simón.
En la ciudad barcelonesa de Badalona, a muy pocos kilómetros de donde reside Lamine Yamal junto a su familia, hasta 30.000 personas se unieron para celebrar el cuarto título europeo de la selección española.
Y, en la propia Barcelona, también se registró un lleno de época para compartir la alegría de ver cómo futbolistas de muy diferente origen y condición se unían para conseguir un nuevo triunfo de la selección española.
Y en muchos más lugares, también de Cataluña, País Vasco o Navarra, se vivió en la calle la victoria del equipo nacional.