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El Real Madrid se hunde y Ancelotti huele ya a despido, pero su recambio se da el trastazo

Noche tétrica de los blancos en Champions, humillados por el Milan (1-3) tras un encuentro sin fútbol ni actitud. Carletto no da una pero el deseado para sustituirle, Xabi Alonso, se lleva cuatro de Liverpool

Vinicius Junior , en un momento del encuentro ante el MilanAFP7 vía Europa Press

Publicado por
Miguel Queipo de Llano

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Me van a perdonar ustedes, pero huele a cambio de ciclo. A que el cielo se desploma sobre sus cabezas. A que este cuento se acabó. Y no sólo por el partido (partidito) ante el Milan, que también. El 1-3 con que el equipo rossonero, un rival que no es precisamente nada del otro mundo, asaltó el Bernabéu, deja las lamas del estadio temblando. El Madrid va a tener en chino cantonés clasificarse para dieciseisavos de final de la Champions. Así como lo oyen. Pero es que de repente ha dejado de ser un equipo de fútbol para convertirse en una ópera bufa.

Podríamos hablar de lo que pasó en el césped, sin duda. Pero se iban ustedes, si son madridistas, a enfadar aún más. Así que mejor dejamos lo de una crónica al uso y hablamos de sensaciones. Al Real Madrid le ha abandonado el fútbol, el físico, la actitud, el buen rollo en el vestuario y ya hasta el espíritu de las remontadas imposibles. Nada de eso apareció por Concha Espina ante el Milan.

Un aspirante a ganar títulos no puede llevar el ritmo de un futbolista legendario pero que tiene ya más años que el abuelo de Matusalén. Luka Modric es un genio y morirá siéndolo, pero ya no está para estos trotes. Ancelotti parece no darse cuenta. Cierto, es el único rayo de luz de un equipo construido para avasallar en lo físico... pero que parece conformado por los de segundo de Educación Primaria jugando contra los de Bachillerato. El impresionante despliegue físico del Real Madrid es para las fotos, a modo de esos calendarios de bomberos que causaban furor entre las féminas. Porque en el campo, son azucarillos en un café caliente. El Método Pintus es, de repente, una filfa.

El Milan se llevó los tres puntos y la victoria maximizando los errores gruesos del Madrid. Un equipo que aparece deslabazado, sin orden táctico, sin capacidad de creación, sin imaginación. Funciona a ramalazos, "A mi Sabino que los arrollo". Y donde los dos puntales ofensivos, Vinicius y Mbappé, están tan liberados de tareas defensivas que el equipo se resquebraja en cuanto el rival tiene el balón, incapaz de taponar las inmensas vías de agua de defender con nueve.

¿Dónde está Bellingham?

Tácticamente, el equipo es un disparate de tal calibre que Bellingham parece otro: infinitamente peor en todas las facetas de juego. Ya no sonríe, sólo se desespera. El nuevo dibujo le ha dejado arrinconado y su peso en el equipo es, lamentablemente, nulo. De ser un cohete a ser un peso muerto. La retahila de males madridistas podrían llenar tomos y tomos de una enciclopedia del desastre. ¡Si hasta le volvió a marcar Morata!

El funesto partido de Tchouameni mientras estuvo en el campo, otro más, fue el desencadenante de la dolorosa goleada encajada que siguió a continuación. Pero es que no se salva nadie. El madridismo anda incendiado y ya sabemos cómo acaban estas cosas: antes de que la gente se rebrinque contra el palco, el entrenador acaba achicharrado. Ancelotti tiene pinta de que no se comerá el turrón, pero...

Pero el sustituto elegido para sentarse en el banquillo madridista cuando el italiano ya no esté se llevaba cuatro goles en su visita a Anfield. Xabi Alonso se estrelló ante su ex equipo, el Liverpool, que avasalló (4-0) al Bayer Leverkusen donde, además, pasó inadvertido el centrocampista que, dicen, quiere el Real Madrid para empezar a tener un centro del campo creativo: Florian Wirtz. En esta noche del 5 de noviembre, todo le salió mal al Madrid.