Las cinco empresas españolas que tiemblan ante la amenaza del "brexit"
España es el octavo país europeo con mayor exposición a la posible marcha de los ingleses del conjunto de la Unión Europea de acuerdo al Índice de Sensibilidad al Brexit (BSI).
España es el octavo país europeo con mayor exposición a la potencial salida de Reino Unido del conjunto de la Unión Europea (UE) de acuerdo al Índice de Sensibilidad al Brexit (BSI) elaborado por la agencia de calificación Standard & Poor's (S&P), que subraya que el sector financiero y las inversiones de las empresas españolas en territorio anglosajón están muy expuestas ante la posibilidad del Brexit.
España está particularmente expuesta al sector financiero británico a través de Santander y Sabadell (propietario de TSB). Según los datos de Afi, se estima que Santanter UK es depositario de entre el 10% y el 20% de las cuentas corrientes británicas, mientras que TSB tiene depositadas en torno al 5%. En 2015, el grupo Santander obtuvo un 30% de su beneficio neto en Reino Unido y Sabadell, por su parte, un 17,2%. Si el aumento en la incertidumbre fuera limitado, el principal impacto sobre las entidades financieras se produciría a través de la depreciación de la libra.
Además, el shock que sufriría la economía británica en caso de abandonar la UE supondría un aumento en el número de impagos y los bancos sufrirían un impacto directo en su capital. En el medio plazo, las entidades financieras españolas deberían afrontar mayores costes regulatorios para adaptarse a un nuevo marco normativo. Sin embargo, el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliú, quiso tranquilizar a los inversores de su entidad y aseguró que Sabadell está bien protegido ante el Brexit.
Por su parte, a finales de mayo, la presidenta de Santanter, Ana Botín, garantizó que la entidad permanecerá en el país "independientemente de lo que se decida", aunque sí reconoció que "es mejor" la permanencia en la UE, ya que "ambos serán más fuertes".
En el sector energético, Reino Unido es un país "clave" para Iberdrola desde que en abril de 2007 adquirió la compañía ScottishPower, lo que supuso la mayor operación en la historia del grupo, con un desembolso de 17.200 millones de euros. En la actualidad, Iberdrola encara una etapa de crecimiento en Gran Bretaña en el ámbito del transporte, la distribución de energía y la puesta en marcha de proyectos de energías renovables, por lo que prevé invertir 8.400 millones de euros en el país entre 2016 y 2020, fecha en la que aproximadamente el 25% de su beneficio bruto de explotación se generará en Reino Unido, según estimaciones de la compañía.
Telefónica, por su parte, vería cómo su filial británica, O2, pierde valor ante el potencial deterioro de la economía de Reino Unido, que, según las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), podría reducir hasta un 5,5% su PIB en 2019 en el caso del Brexit si el país no logra establecer rápidamente acuerdos comerciales similares a los que mantiene Noruega con la UE. Con anterioridad a la decisión de la Comisión Europea (CE), el presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, indicó que ciertos intereses políticos, especialmente relacionados con el Brexit, podrían provocar que finalmente no saliese adelante la venta de si filial británica O2.
Ferrovial también tiene grandes intereses depositados en el país anglosajón. Concretamente, logra del Reino Unido el 26% de su facturación total, frente al 28% que obtiene en España, "por lo que vería mermada su cuenta de resultados en libras", comenta el analista de mercados de XTB Jaime Díez.
Turistas y residentes
Los turistas británicos suponen casi una cuarta parte del total de turistas que visitan España con un gasto de 14.057 millones de euros en 2015, lo que convierte a Reino Unido en el principal mercado para la industria turística española. "El impacto del Brexit sobre el turismo en el corto plazo se daría principalmente por una depreciación de la libra que redujera el poder adquisitivo de los británicos, aunque es de esperar que el relativamente bajo nivel de precios en España amortiguase algo este efecto", indican desde la Afi. En este sentido, Díez matiza que "si bien las preferencias no variarían de manera notable", el tiempo de la estancia, así como el gasto durante la misma "sí que sufriría caídas".
Además, aproximadamente 300.000 ciudadanos británicos tienen su residencia permanente en España, la tercera nacionalidad más numerosa, tras rumanos y marroquíes, por lo que una salida de la UE les obligaría a renegociar sus permisos de residencia y acceso a servicios sociales.