El crédito al consumo avanza otro 15%

Antes de que la crisis llegara a nuestras vidas, un escenario que ya tenemos casi olvidado, los consumidores recurrían al crédito con fruición. El uso de los préstamos personales y de las tarjetas de crédito se extendía a todos los niveles y los usuarios consumían sin reparos porque el banco parecía extender un cheque en blanco. Lo mismo se pagaba las vacaciones, que un coche, que el último televisor de plasma o una comida en el restaurante de moda. Ese escenario vuelve a estar aquí. El crédito al consumo creció a un ritmo del 14,7% el año pasado, hasta los 31.026 millones de euros, aunque el importe medio de las compras financiadas se mantuvo en los 1.990 euros.

Eso quiere decir que cada vez se firman más contratos (9,8 millones en 2017, un 7% más que en el ejercicio anterior), pero su cuantía no aumenta, lo que refleja el uso masivo de los pagos a plazo en compras cada vez más baratas, según los datos actualizados de la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (ASNEF). Ahora el crédito de moda es para cambiar el coche, y esto es consecuencia de que tenemos uno de los parques automovilísticos más viejos de Europa, con una media de edad de los vehículos en circulación por encima de los 11 años. Así no es de extrañar que, con las líneas concedidas para adquirir un coche, las financieras activaran 11.520 millones, casi un 17% más que en el ejercicio anterior.

En este escenario también tienen mucho que decir las tarjetas de crédito, que en nuestro país han seguido creciendo por encima del 6% cuando en otros mercados están en caída. La facilidad para contratar productos bancarios a través de internet puede ser una de las razones para que este instrumento de pago siga creciendo en España, y es que solicitar una tarjeta de crédito por internet es una tarea muy sencilla hoy en día. En España hay más de 1,7 tarjetas por habitante siendo preferidas las de crédito frente a las de débito. En países como los Estados Unidos y el Reino Unido, el número de tarjetas de crédito ha caído un 27% desde 2000 y un 14% desde 2008.

El comportamiento con las tarjetas también ha cambiado. El pago en efectivo cae en detrimento del “plástico”, y eso ha supuesto un menor número de cajeros automáticos operativos, subiendo los terminales de puntos de venta. El contactless también empuja el liderazgo de las tarjetas aquí, ya que el 57% de los españoles utilizan este método de pago, siendo nuestro país uno de los que mejor se ha adaptado en toda Europa. Debido a ello, el pago medio también ha experimentado una bajada hasta llegar a 39,5€, un 3,5% menos que en 2016, según datos del Banco de España.