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Cada vez más jóvenes se quitan estudios del currículum en vez de adornarlo

De la "titulitis" hemos pasado en España al fenómeno contrario: el de los aspirantes a un puesto de trabajo que ocultan parte de su formación. Es el infracurrículum y así funciona.

Una joven con su currículum entre los brazos.

Publicado por
Israel García-Juez

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¿Por qué he estudiado esto? Ésta es una de las preguntas más comunes que se hacen los jóvenes al terminar la universidad. Y es que el 72% asegura que el tiempo invertido en estudiar una carrera es excesivo y que la teoría básica podría condensarse mejor, según una encuesta realizada por Ironhack.

Años dedicados a una formación que no se corresponde con las demandas del mercado laboral es un mal endémico entre nuestros jóvenes, lo que les lleva al infracurrículo. O, si lo prefieren, por usar términos que están muy de moda, el aumento de los currículos en B. Al menos el 14% de los cv que reciben las empresas reflejan menos formación de la que el candidato cuenta, según un estudio realizado por la compañía de recursos humanos Nexian.

Pero ¿qué son en realidad este tipo de currículos? Se trata de aquellas candidaturas en las que el interesado al puesto minimiza o elimina parte de su formación con el objetivo de participar en más procesos de selección y resultar elegido. Una "mentira"que no solo tiene efectos perjudiciales para el futuro empleado, sino también para las compañías.

Una de las causas de esta situación que viven cada día más jóvenes es la brecha existente entre lo que ofrece la universidad y lo que demandan las compañías. La eterna lucha. Un nicho que han sabido aprovechar las escuelas de negocios, como IMF Business School, que recomienda elaborar sus programas de la mano de reputadas empresas del sector y con metodologías basadas en las necesidades de los propios estudiantes.

En este sentido, la escuela ha señalado tres retos que el mundo académico debe superar para adaptarse cuanto antes a la demanda actual:

Actualización metodológica: los estudiantes demandan cada vez más planes adaptados a sus necesidades y basados en el lenguaje del siglo XXI: lo digital.

Mayor énfasis en las competencias: al igual que los puestos de trabajo y sus funciones, han cambiado también los conocimientos necesarios para desempeñar el puesto. No basta con adquirir conocimientos teóricos, también es necesario contar con una serie de competencias transversales generales a cualquier empleo y que impulsen el desarrollo profesional del alumno.

Escucha activa de la demanda laboral: no solo para ofrecer cursos y programas orientados en línea con las necesidades del mercado laboral, sino apostando por la puesta en marcha de convenios, bolsas de trabajo y otros servicios desde las universidades, así como el fomento del emprendimiento. Todo ello con el objetivo de favorecer la inserción laboral de los más jóvenes.