El ajuste de sus activos lastra las cuentas de Naturgy
La antigua Gas Natural perdió 2.822 millones de euros en 2018 por la depreciación llevada a cabo en sus activos de generación de electricidad. Sin ese ajuste el beneficio subiría un 57%.
Aunque las cifras resultan abrumadoras, estos números rojos se tienen que considerar como coyunturales, meramente contables y ya anunciados en el último plan estratégico. Son resultado de la drástica revisión a la baja del valor en libros de sus centrales de generación eléctricas tradicionales, es decir las nucleares, de carbón y de gas, que ahora valen la mitad ante las medidas anunciadas por el gobierno de su inviabilidad a futuro.
No en vano, esta semana Teresa Ribera la ministra para la Transición Ecológica, se reunía con los presidentes de Naturgy, Francisco Reynés; Iberdrola, Ignacio Galán; y el consejero delegado de Endesa, José Bogas, para analizar el futuro de las centrales nucleares en nuestro país, de las cuales, esas compañías son sus principales accionistas. La decisión es la de ir cerrándolas cuando cumplan los 40 años de vida.
Volviendo a las cifras, Naturgy ha comunicado hoy 2.822 millones de euros de pérdidas en 2018, frente a las ganancias de 1.360 millones de 2017, debido a la devaluación de sus activos por valor de 4.851 millones que llevó a cabo en el primer semestre del año. En su comunicación a la CNMV, la compañía ha precisado que, sin tener en cuenta ese ajuste contable, habría obtenido un beneficio de 1.245 millones de euros, un 57 % superior al resultado neto ordinario de 2017.
La compañía catalana, liderada desde hace casi un año por Francisco Reynés, cerró el ejercicio con un beneficio bruto de explotación o Ebitda de 4.019 millones de euros, un 3 % superior al de 2017, aunque la multinacional matiza que, en términos ordinarios, el Ebitda habría alcanzado los 4.413 millones, un 11,8 % más. Desde la llegada del nuevo presidente la cotización ha avanzado casi un 25%.