El consejero delegado de NYESA fue condenado por manipular acciones de Alcázar
Liberto Campillo fue condenado a principios de los 90 a pagar 10 millones de pesetas de multa e inhabilitado 10 años para ejercer cargos de gestión o administración de entidades financieras.
NYESA Valores Corporación celebrará el próximo 26 de marzo su Junta General de Accionistas, tal y como consta en el registro de la CNMV. Según ha podido saber ESdiario, entre los puntos a aprobar que figuran en el orden del día se encuentra la ratificación de los nombramientos de Michel Lallement como presidente y de Liberto Ángel Campillo Molina como consejero delegado.
El señor Campillo es un viejo conocido en el mundo financiero español. En 1993 fue condenado, tal y como ha podido comprobar este periódico, a pagar 10 millones de pesetas en concepto de multas, al tiempo que fue inhabilitado durante 10 años para ejercer cargos de gestión o administración de entidades financieras.
Liberto Campillo fue, en aquella época, director general de Eurocapital Sociedad de Valores y Bolsa. El organismo regulador del mercado acreditó que este directivo, junto con otros altos ejecutivos de la mencionada sociedad, que controlaba el 100% del capital del Banco Europeo de Finanzas, cometió infracciones en su operativa bursátil. Operaciones consistentes en la manipulación del valor de las acciones de Inmobiliaria Alcázar, fundamentalmente, mediante arbitrajes, entre los mercados de Madrid y Bilbao.
Otra propuesta importante que el Consejo de Administración someterá a la aprobación de la junta de NYESA es la autorización para realización un aumento del capital social en la cuantía de 8,68 millones de euros nominales, que para los fondos propios de la compañía supondrán una inyección de 17,3 millones de euros. Para ello, se procederá a emitir 579,2 millones de nuevas acciones ordinarias de 0,015 euros de valor nominal cada una de ellas, con una prima de emisión de 0,015 euros..
Además, al nombramiento de Campillo, calificado como poco oportuno e incluso inadecuado por algunos sectores del mercado, se suma la sospecha de que los inversores rusos que entraron en el capital social, pretendan hacerse con la empresa a un precio poco acorde con el mercado. La sociedad lleva teniendo un comportamiento bursátil extremadamente plano, a pesar de las nuevas inyecciones de capital, lo que hace pensar a los minoritarios que se puedan estar desarrollando movimientos para que la acción no acabe de despegar.