Sánchez conquista su primer 'título' europeo: es líder en gasto público
La subida bajo el gobierno socialista ha sido tres veces mayor que la media de la Unión Europea, de tal modo que los ingresos crecen al 1%, mientras el gasto sube un 6%.
Pedro Sánchez ya puede presumir de 'liderazgo' económico en Europa. Y es que ha conseguido convertir a España en el país con un gasto público tres veces superior al promedio de la Unión Europea.
Es cierto que, desde hace una década, España arrasta déficit en sus cuentas públicas. Pero desde la llegada del líder del PSOE a Moncloa se ha disparado. Así durante el año pasado, el déficit alcanzó el 2,6% del PIB, lo que supuso un agujero de casi 32.000 millones de euros.
También es verdad que este desequilibrio se debe en parte a las comunidades autónomas, que se han desviado un 54% del objetivo de gasto fijado por Hacienda. Aunque el gasto debía subir un 2,4% como máximo, el repunte de los desembolsos se ha situado en el 3,7%. Según los primeros cálculos, solo Castilla y León, Madrid y Galicia cumplieron con los límites establecidos.
Pero es el gobierno central el que está contribuyendo a consolidar el desbarajuste. El aumento del gasto público ha sido un 33% mayor desde que Pedro Sánchez desbancó a Rajoy y se hizo con el Gobierno.
Los ingresos se reducen y los gastos se disparan
Y esta línea se ha mantenido en los tres primeros meses del presente año. Según cifras del Ministerio de Hacienda, los ingresos se han mantenido relativamente estancados entre enero y marzo, de manera que el fisco recibió cerca de 45.600 millones de euros en el arranque de 2018 y algo más de 46.000 millones en el primer trimestre de 2019.
Este pequeño aumento de los ingresos contrasta con un crecimiento mucho más fuerte de los gastos. En enero-marzo de 2018, los desembolsos de las Administraciones Públicas se situaron por encima de los 49.800 millones de euros, mientras que en el mismo período de 2019 se superaron los 52.800 millones de euros.
De esta manera, mientras los ingresos suben apenas un 1%, los gastos aumentan un 6%, lo que supone un deterioro del saldo fiscal superior a los 2.500 millones de euros. Por cada 1 euro de ingresos extra hay 6,6 euros de gasto adicional.