Cerrar

Las grandes ciudades y su freno al crecimiento futuro

Concentrar la actividad económica en grandes urbes puede frenar el impulso en años venideros debido a la desigualdad que acarrean y al cambio en el mercado laboral que conllevan.

Las grandes ciudades y su freno al crecimiento futuro

Publicado por

Creado:

Actualizado:

La mayor concentración de la actividad en algunas ciudades puede conducir a frenar el crecimiento económico a futuro debido a los costes que produciría esta «congestión», por lo que «aliviarla» permitiría generar más crecimiento, según un estudio de BBVA Research sobre la evolución del empleo en el periodo 2013-2018 a partir de los datos de afiliación a la Seguridad Social.

En estos años, coincidentes con la recuperación económica, las áreas más urbanas han creado más empleo, de forma que las provincias donde el empleo en las ciudades ya era mayoritario han tenido una recuperación más intensa. No obstante, el informe apunta que el grado de urbanización no es el único factor que explica la fuerte variación regional en la creación de empleo desde 2013, una clasificación que lidera Guadalajara que, al igual que Toledo, «se podría estar beneficiando del desbordamiento» de la vecina Madrid.

Así, el servicio de estudios del banco sostiene que el auge del turismo y la hostelería ha beneficiado más a algunas regiones, que han sido capaces de generar más empleo del que se esperaría por su grado de urbanización. Es el caso de Málaga, Alicante y las islas. En el lado contrario, se encuentran provincias como Zamora, León, Ourense o Asturias, que han mostrado un menor crecimiento del empleo en este periodo, coincidiendo con el aumento del peso relativo de los servicios sociales, como la salud y la educación.

En este sentido advierte de que, en la medida en que la desaceleración del turismo persista, «es de esperar» que la magnitud de su efecto positivo en el empleo se reduzca en las zonas costeras, de manera que en el futuro se podría observar una «concentración continuada del empleo» en torno a las ciudades. Las provincias de Madrid y Barcelona, además de por su tamaño, destacan por ser las únicas con menos del 5% de su afiliación ubicada en municipios no pertenecientes a una gran área urbana (GAU).

Adicionalmente, las provincias de Asturias, Valladolid, Málaga, Vizcaya, Santa Cruz de Tenerife, Zaragoza, Alicante, Cádiz, Álava, Las Palmas y Guadalajara son las que mayor proporción de empleo concentran en sus áreas urbanas, pues su proporción de afiliados en municipios urbanos es menor a la media nacional (24,4%). En las 37 provincias restantes, la proporción del empleo no urbano oscila entre el 26% de Sevilla y el 68% de Huesca. Desde 2013, la afiliación en las zonas no urbanas ha crecido en torno a tres puntos menos que la media nacional, en coherencia con la evidencia internacional de la progresiva pérdida de dinamismo de las zonas rurales frente al mayor auge de las ciudades.

Aumenta la desigualdad por los cambios laborales en las ciudades

En su estudio, BBVA observa además que, en las provincias más urbanas, los sectores con sueldos más elevados, como las actividades científicas, han tenido un comportamiento positivo, también el sector de servicios administrativos, que es un sector de salarios bajos. Sin embargo, el comportamiento de sectores con salarios medios como las manufacturas o el comercio ha sido relativamente peor en las ciudades. «Los cambios en el mercado laboral de las ciudades, por tanto, apuntarían a un aumento de la desigualdad», subraya el informe.

Esto es lo que ha sucedido, por ejemplo, en Madrid y Barcelona, dos provincias donde las manufacturas y el comercio han perdido peso en el empleo en beneficio de la ciencia, las TIC y las actividades administrativas. El informe advierte de que si continúa esta recomposición del empleo, podría producirse un cambio «sustancial» tanto en las habilidades que se demandan en el mercado laboral de los ciudades, como en la desigualdad. El servicio de estudios de la entidad cree que la política económica debería tener en cuenta «los efectos de una eventual profundización de la atracción de la actividad económica a las grandes ciudades» y su impacto sobre el mercado laboral, especialmente frente a las zonas rurales.