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Por qué el nuevo Gobierno no sabrá arreglar el problema de vivienda en España

El autor da las claves de la política de vivienda del PSOE y Podemos, que se va a saldar casi con seguridad con un notable fiasco. Éstas son las razones.

Por qué el nuevo Gobierno no sabrá arreglar el problema de vivienda en España

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Acertadamente decía en estos días su Majestad el Rey que los dolores para Sánchez comenzarán a partir de ahora. Yo me atrevo a apostillar que los dolores siempre estuvieron ahí, lo que tiene que hacer ahora Don Pedro es ponerse a gestionar un país y eso realmente es lo que va a marcar la diferencia de esta legislatura.

Con la venia y sobre todo con la paciencia de mi querida audiencia le voy a ir poniendo tareas todas las semanas al inquilino de la Moncloa porque una cosa es predicar y otra dar trigo. Esta semana abordamos el tema de la vivienda.

Aunque hay expertos que dicen que todavía no la perciben (realmente lo que dicen es que les faltan elementos para hacer ese diagnóstico) está instalada en la sociedad española que nos acercamos a una nueva burbuja inmobiliaria basada en las subidas de precios de los últimos años.

Salarios congelados

Por tanto, conviene que el flamante Gobierno se ponga manos a la obra en cuestiones como por ejemplo el alquiler. El mayor reto debido al desequilibrio entre la alta demanda y la reducida oferta de inmuebles. Tanto los que hemos estudiado economía como los que no saben que esta situación lleva indefectiblemente a unos precios cada vez más altos concentrados principalmente en las grandes ciudades. Encima en un entorno de salarios casi congelados.

Del nuevo Gobierno sólo se ha escuchado la peor opción en vivienda: que quieren limitar los precios del alquiler

La respuesta, también de manual, es incrementar la oferta en alquiler para corregir los precios a la baja. Y ¿cómo se consigue esto? Apostando firmemente por un gran parque público de vivienda en alquiler lo que requiere paciencia (tiempo porque las casas no se crean con un botón) y recursos ingentes (porque hacer casas cuesta pasta).

Se me ocurre también dejar de demonizar a los constructores pero eso ya es cosa de los de Podemos que aparquen la ideología trasnochada y se pongan a gestionar un país. Sobre todo, porque acometer este asunto sin contar con el sector privado es un imposible.

El tema no va de aquello que decía Chávez; exprópiese, sino de articular fórmulas para que la vivienda que está en manos privadas (porque se las han comprado a nadie le regalan nada), tenga los incentivos suficientes para que los propietarios las saquen a mercado.

Se pueden dar desgravaciones por esos ingreso con limitaciones por ejemplo para que se apoye a los inquilinos menores de 35 años, se pueden reducir impuestos municipales como el IBI pero sobre todo, amigos de la formación morada, proporcionar respaldo y seguridad ante impagos o posibles daños a los inmuebles. En román paladino, combatir el movimiento okupa-ocupa de manera decidida.

Sin embargo, del nuevo Gobierno sólo se ha escuchado la peor opción; que quieren limitar los precios del alquiler. Una opción que lo único que provoca es que haya propietarios que decidan no sacar a esos precios tasados su vivienda a mercado. Hay que recordar que España cuenta con uno de los parques públicos de viviendas en alquiler más pequeño de toda la Unión Europea.

No se crean que para aquellos que prefieren comprar en vez de alquilar la cosa está mejor. Por cierto, la opción favorita de los españoles incluido yo pues es una forma segura de ahorro y de disfrutar de lo ahorrado. Eso sin olvidar, que la construcción llegó a suponer casi el 10% del PIB español y es un sector locomotora que mueve toda la actividad económica de un país via construcción o vía rehabilitación. ¡Viva el ladrillo!, afirmo, Más que el vino sin duda.

Con prudencia

Pero como siempre este Gobierno no deja de defraudar y la nueva Ley Hipotecaria sólo ha supuesto un freno para la compraventa y para compensarlo debería Don Pedro Sánchez liberalizar el suelo y así incrementar la oferta. Eso sí, con la prudencia necesaria para adjudicar en cada caso y en función de las necesidades, o viviendas para vender o para alquilar y así contrarrestar lo que llevamos hablado en este artículo.

Todo esto no se ha hecho debido a la parálisis política vivida en los últimos años lo que ha hecho que los problemas cada vez sean mas y de mayor tamaño.