El mundo lucha contra el coronavirus y contra un crack económico histórico
Las consecuencias reales del impacto del coronavirus en la economía aún no se pueden cuantificar pero los expertos apuntan a que se avecina un auténtico crack global.
A la espera de que hoy se conozca el Plan Económico exacto del Gobierno de Sánchez, los expertos aseguran que es pronto para saber las consecuencias reales que dejará tras de sí una crisis sanitaria que no ha hecho más que comenzar.
Pero que ya hay quien apunta, casi acongojado por volver a ese paisaje tétrico y agravarlo con una crisis sanitaria, que esta epidemia podría generar, si continua su progresión, en "un escenario que recordará a muchos de nosotros la gran crisis financiera de 2008".
Son palabras de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, durante una conferencia con los líderes de la Unión Europea, pero que se intenta minimizar con mensajes de tranquilidad por parte del Gobierno, que no quiere hablar de los estragos que causará el coronavirus en la economía.
La presidenta del BCE aseguró durante la conferencia que la entidad está examinando todas sus herramientas, particularmente aquellas que facilitarían financiación barata y liquidez, unas medidas que el ministro de el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, no comparte ya que él considera mucho más eficaz llevar a cabo medidas "más focalizadas y finas".
Por ello, Lagarde ha advertido que las medidas del banco central únicamente pueden funcionar si los gobiernos las respaldan con medidas para asegurar que los bancos prestan a las empresas en las áreas afectadas.
El sector del taxi registra caídas de un 40%
Sin embargo, y aunque a nivel global el Gobierno no ha planteado medidas financieras, el impacto en la economía del virus es brutal ya que, a modo de ejemplo, los taxistas de Madrid auguran un "notable descenso" en el número de carreras que realizarán por la caída de la actividad derivada de las medidas tomadas para la contención del coronavirus, lo que supondrá un descenso en su recaudación de entre un 30% y un 40% en comparación con un periodo normal.
De hecho, a ello se suman las medidas de contención articuladas por el Gobierno central y regional, como son las del teletrabajo, que se traducen en una limitación de la actividad y la movilidad de los ciudades, aunque insisten en que evidentemente las "entienden" y comparten.
Las agencias de viajes apuntan a una reducción del 20% de las reservas
También el turismo se está resintiendo por el avance de la epidemia. De hecho, la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (Fevitur) está registrando un descenso en las reservas durante el mes de marzo.
Un descenso que aún es pronto para cuantificar pero que en el caso de que "este escenario anómalo" se prolongase en el tiempo, esperan que el Gobierno "active los mecanismos necesarios sobre el turismo como principal sector de la economía de España".
Todo ello, sin contar con las cancelaciones en las aerolíneas y en los hoteles que se han ido produciendo después de que los ciudadanos decidan no viajar, que ya han supuesto un descenso del 20% en las reservas, según las agencias de viajes.
Además, el cierre de teatros y espacios de ocio ha creado un caos en el sector que ya exige al Gobierno medidas de flexibilización fiscal que permitan a las empresas adaptarse a las circunstancias.
Las consecuencias globales aún están por llegar
Sin embargo, todos los expertos apuntan que los efectos económicos del coronavirus podrían empezar a percibirse de una forma aún más intensa a partir del mes de abril. Será entonces cuando, si la situación continúa, podrían aflorar la mayor parte de las consecuencias y sobre todo del desabastecimiento.
Y es que, el hecho de que China, país donde comenzó la epidemia, sea la gran fábrica del mundo, ha generado una enorme dependencia del gigante asiático. De hecho, los problemas de suministros afectarían a todos los sectores económicos, desde el industrial, al de los juguetes y, por supuesto, al textil.
De hecho, la OCDE (Organización para la Cooperación y el desarrollo Económicos) ya ha advertido que el Covid-19 frenará la economía mundial y que el impacto de la enfermedad podría reducir a la mitad el crecimiento, por lo que las predicciones de Lagarde podrían acercase mucho a la realidad.