La verdadera razón de la no fusión entre BBVA y Sabadell
La operación no se rompe solamente por las discrepancias en el canje de acciones, hay miedo a que Carlos Torres terminé imputado por el Caso Villarejo y Josep Oliu acabe como presidente.
Además de las discrepancias sobre el canje de acciones, explicación oficial aportada por el Banco Sabadell pero no por el BBVA en sus hechos relevantes a la CNMV, las conversaciones para la fusión se rompieron menos de dos semanas después de su comienzo por el temor a las consecuencias del escándalo Villarejo. Así lo cuenta Miguel Ángel Valero en Diarioabierto.
La investigación judicial sobre los encargos realizados al polémico excomisario (en prisión provisional) José Manuel Villarejo, durante la presidencia del anterior presidente del BBVA, Francisco González, para impedir la entrada de Sacyr y de otros inversores en el consejo de administración del banco, se ha llevado por delante la fusión.
El BBVA había planteado la operación como un intercambio de acciones, pese a que su presidente, Carlos Torres, era más partidario de una compra directa del Sabadell, que hubiera sido más cara, pero daría todo el poder en el nuevo grupo a la entidad adquiriente.
La prima ofrecida por el BBVA fue el gran obstáculo: el Sabadell entendía que no se estaba valorando adecuadamente su franquicia en España ni las posibilidades de sus negocios en el Reino Unido y en México.
Además, el BBVA ofrecía al Sabadell una vicepresidencia no ejecutiva para su presidente, Josep Oliu, y dos puestos en un consejo de administración formado por 15 personas. Oliu tiene actualmente 71 años, por lo que podría estar en la vicepresidencia del nuevo BBVA hasta los 75.
Y aquí saltaron las alarmas en el BBVA. En caso de que Carlos Torres terminara imputado por el escándalo Villarejo, la presidencia del banco podría terminar en manos de Josep Oliu al ser el vicepresidente (actualmente ese cargo no existe en el BBVA).
En el BBVA replican que «no se ha llegado a un acuerdo en los términos económicos, no ha tenido nada que ver con la gobernanza», con el reparto del poder en el nuevo grupo. Pero esa explicación no desmiente que las negociaciones para la fusión encallaron por la prima a pagar a los accionistas del Sabadell y por el temor de que el escándalo Villarejo dejara la presidencia del BBVA en manos de Josep Oliu.