Las Pymes han perdido un 20% de ventas y un 10% de trabajadores
La pandemia del Covid-19 redujo la facturación de las empresas de menos de 49 trabajadores casi un 20% el año pasado, mientras que mermó su fuerza laboral en un 10%. La hostelería la peor.
Estas cifras suponen para las Pymes estar muy por encima del perjuicio sufrido por las empresa de mayor tamaño, siendo especialmente flagrante el caso del sector de la hostelería, con un retroceso de ventas del 45,5% y del 35% en el caso del empleo. Además, las empresas ubicada en zonas rurales sufrieron un menor impacto de la pandemia en su facturación y empleo que las localizadas en núcleos urbanos.
Así se desprende de un artículo analítico sobre el impacto económico del Covid-19 en las empresas españolas, según la encuesta del Banco de España sobre la actividad empresarial con más de 4.000 respuestas recibidas, que refleja que la crisis del Covid tuvo un impacto muy desigual en 2020 por sectores y regiones.
Los resultados muestran que la facturación y el empleo descendieron más en las empresas de menor tamaño y que la crisis ha tenido efectos más negativos sobre las empresas más jóvenes, las menos productivas y las localizadas en zonas urbanas, dentro de cada sector y región. En el caso del empleo, una mayor ratio de temporalidad se encuentra asociada a mayores descensos de la ocupación. En conjunto, la crisis derivada del Covid redujo un 16% la facturación en el conjunto de sectores españoles y el empleo se contrajo un 8,6% el año pasado.
Por sectores, la empresa promedio que opera en la hostelería experimentó, a finales de 2020, una caída de su facturación del 45,5% con respecto al mismo período de 2019, mientras que ese descenso fue del 12,7% en la industria manufacturera y del 32,2% en otros servicios. Les siguieron servicios administrativos (-16,8%), transporte (-16,3%), comercio (-15,6%) o construcción (-12,2%).
En el caso del empleo, aunque los descensos fueron menores, la disparidad entre ramas se mantuvo, de forma que las disminuciones respectivas en la industria manufacturera y en la hostelería fueron del 5,5% y el 35%, respectivamente. Tras la hostelería, la mayor merma laboral se produjo en otros servicios (-19,4%), servicios administrativos (-11,9%), comercio (-7,3%) y construcción (-5,2%).
La trampa de los ERTE
El Banco de España explica que el retroceso comparativamente más elevado de la facturación en relación con el empleo es una característica que se observa de forma generalizada por ramas de actividad, lo que confirma la evidencia procedente de otras fuentes, como la Contabilidad Nacional, de que la ocupación ha resistido mejor los efectos de la crisis que el valor añadido.
El impacto relativamente moderado sobre el empleo puede estar relacionado, según el organismo, con el hecho de que, aunque persistente, la crisis es percibida como un evento «predominantemente transitorio», lo que se habría visto reflejado en la utilización generalizada de los ERTE.
También señala la existencia de diferencias sustanciales en las características de las empresas por ramas. Por ejemplo, en comparación con la hostelería, las sociedades de la rama manufacturera son, por término medio, un 40% más productivas y ocho años más antiguas; están localizadas con mayor frecuencia en un entorno rural; tienen un menor endeudamiento, y su tamaño, medido por el número de empleados, es más elevado.
El tamaño sí importa
En cuanto al impacto de la perturbación del Covid en función del tamaño de las empresas, en términos de ventas, las empresas más pequeñas sufrieron una caída más acusada, del 19% interanual en las que tienen menos de 10 empleados y de casi el 18% en aquellas con un número de trabajadores comprendido entre 10 y 49.
Por su parte, aunque las empresas medianas y grandes también sufrieron los efectos de la crisis con intensidad, estas declararon descensos algo menos acusados, cercanos al 12%. Concretamente, del 12,6% en las compañías entre 50 y 249 empleados, y un retroceso del 12,4% en las de más de 250 empleados.
En cuanto al empleo efectivo (descontando ERTE), el impacto de la crisis fue también inferior en las empresas de mayor tamaño, con descensos del 5,9% en las de más de 250 empleados y del 7,2% en las de entre 50 y 249 trabajadores, respectivamente, frente al retroceso aproximado del 10% de las empresas más pequeñas.
Las empresas más pequeñas exhibieron un retroceso más intenso de su actividad en 2020 que las de mayor tamaño pertenecientes a su mismo sector de actividad. En particular, en las empresas con menos de 10 empleados, la facturación cayó 1,3 puntos porcentuales más que en la media del sector, mientras que en las grandes fue 4,4 puntos porcentuales superior al promedio.
En el caso del empleo, las empresas pequeñas también declararon una mayor caída que las grandes en términos efectivos. El organismo supervisor apunta que estas diferencias obedecen a la «mayor vulnerabilidad» de las empresas pequeñas debido a sus menores posibilidades para acceder a la financiación ajena, así como a su menor diversificación por productos y mercados.