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Brufau recuerda al gobierno que hay otras energías más allá de la electricidad

Repsol ha presentado 30 proyectos para invertir 6.000 millones cofinanciados con la UE, y su presidente reclama a Sánchez amplitud de miras en la Ley del Cambio Climático y sostenibilidad.

Brufau e Imaz, Repsol

Publicado por
R. Martínez

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Repsol presentó la semana pasada su nueva estrategia orientada hacia la transición al sector renovable durante la junta general de accionistas. La compañía presentó una treintena de proyectos para que puedan formar parte del del Plan Nacional de Recuperación pospandemia, que cuenta con una inversión asociada de 5.959 millones de euros de los fondos Next Generation de la Unión Europea (UE).

La meta de la transformación para los próximos años nos empuja a acelerar nuestro viaje a la transición energética”, dijo el consejero delegado, Josu Jon Imaz. “De esta crisis tenemos que salir con más industria, y no con menos, con más empleo de calidad, y no con más precariedad”, apuntaba el presidente de Repsol, Antonio Brufau, quien aprovechó para romper una lanza por su industria como actor clave en la descarbonización y en la reducción de emisiones en el futuro.

Los 30 proyectos anunciados reflejan el nuevo foco de Repsol. Ocho están relacionados con el hidrógeno renovable, segmento en el que la compañía espera alcanzar una producción 400 megavatios (MW) en 2025. Otros nueve estarán ligados con la economía circular. En este apartado, Repsol está llevando a cabo la adaptación de sus complejos industriales para reutilizar los residuos generados y convertirlos en biocombustibles.

Brufau ha defendido el grave error que supone el proyecto de ley de cambio climático que se tramita el Congreso de los Diputados y que marca el fin de los coches que no sean eléctricos al 100% en 2040. “Pretende prohibir todos los vehículos que emitan cualquier molécula desde el tubo de escape y demonizar los combustibles fosiles. Es contrario a los principios de neutralidad tecnológica, perjudica a la industria, a la economía circular y a la ambición de tener en Europa, mediante políticas de largo plazo, una industria del refino de bajo carbono con los mejores estándares del mundo”.

Respecto al Fondo Nacional para la Sosteniblidad del Sistema Electrico tampoco se ha mordido la lengua: "Este fondo es contrario al proceso de transición energética, confunde descarbonización con electrificación y pretende que financiemos los proyectos fallidos del pasado. Se trata de beneficiar a unos pocos y que otros muchos les paguen las facturas y supone una barrera para la competitividad y el futuro de la industria. El Fondo es un clavo en el ataud de la industria, que todos escuchemos a la industria"

Lo que está claro es que la electrificación no va a ser suficiente para culminar la descarbonización, ya que existen medios de transporte como el aéreo, el pesado o el marítimo que deberán contar con otras tecnologías para reducir las emisiones, y en ese punto las petroleras tienen mucho que decir.