El estado entra en juego para evitar la quiebra de Air Europa
El gobierno está en conversaciones con Iberia y Globalia para quedarse con un 40% de la aerolínea si la Comisión Europea lo permite. La familia Hidalgo se quedaría con un 20% sin control.
Tiene que haber un acuerdo antes del 31 de enero, y una nueva solución se ha puesto encima de la mesa para tratar de desatascar la compra de Air Europa por parte de Iberia, una operación que se ha ido complicando con el devenir de la pandemia y el empeoramiento de las cifras de negocio de la aerolínea. Iberia ya ha anticipado 75 millones, de los cuales 40 cubrieron la ruptura del anterior contrato, y otros 35 millones han sido para evitar problemas judiciales por parte de Globalia.
La aerolínea estatal puede recuperar esas cantidades si finalmente la operación sale adelante, y por ello son los primeros interesados en la entrada del ejecutivo a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, la SEPI. La idea es repartirse el 80% de las acciones de Air Europa a partes iguales, dejando un 20% restante en poder de Globalia, que continuaría en el accionariado sin ningún control real.
El presidente de IAG (holding del que forma parte Iberia y British Airways), Javier Sánchez-Prieto, ha señalado que siguen considerando «que es una operación positiva” y que es fundamental que se lleve a cabo. Todavía se está jugando el partido, y no se sabe cómo va a ser el desenlace han sido sus palabras. El fin último que buscan es abaratar una futura adquisición completa.
Esta posibilidad ya fue adelantada por la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, quien reconocía, en una entrevista en Bloomberg que “estamos explorando algunas opciones”. Según Bloomberg, el Ejecutivo estaba considerando una participación directa del 40% en Air Europa, como parte de un plan para evitar su quiebra.
Sin embargo, la operación ha de superar el filtro de la Comisión Europea, que ya puso trabas a la compra por parte de Iberia, siendo el principal causante de que la adquisición no llegase a buen puerto, alertando de posibles visos de competencia desleal.