Un tercio del empleo público es temporal

La Administración Estatal española luce una tasa de temporalidad cercana al 32% del total; siete puntos por encima de la del sector privado. Una proporción de trabajadores sin estabilidad que precisamente se dispara en los mayoritarios ámbitos de sanidad y educación, donde las Comunidades Autónomas atesoran la mayor parte de las competencias.

La distribución por Administraciones resalta el carácter profundamente descentralizado del Estado español. Casi un 60% del total de empleados públicos de España trabaja para una Administración autonómica; exactamente, el 59,5% (frente al 58,3% que lo hacía en enero de 2020).

Le siguen en volumen de empleo los ayuntamientos y otros entes locales, donde opera un 19,1% del total; más de medio millón de efectivos, de los que unos 65.000 trabajan en diputaciones, cabildos y consejos insulares. Por último, la Administración del Estado concentra a otro medio millón de efectivos, aunque más de la mitad pertenecen a las citadas fuerzas armadas y fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

Esta situación deriva en que poco más de la mitad de funcionarios son de carrera en las Administraciones Autonómicas, y apenas un tercio en los ayuntamientos y el resto de entes locales (diputaciones y cabildos, principalmente). La mayor parte de los trabajadores se sitúa en la franja de edad entre los 50 y los 59 años, un 43,5%, y se trata de una plantilla compuesta mayoritariamente por mujeres. De los 2,73 millones de efectivos, el 57,6% son mujeres; quince puntos más que los hombres: el 42,4% del total.

En total, los funcionarios de carrera en el conjunto de las Administraciones representan un 53,6% del total. Otro 22,4% es personal laboral. Y un 24% adicional corresponde con otras tipologías, como interinos, eventuales y otro personal. Mientras en la Administración central casi un 82% del total del personal son funcionarios de carrera, ese porcentaje disminuye hasta el 52,4% en las Comunidades Autónomas, y hasta el 32,2% en las entidades locales.