Sánchez colapsa y arriesga la subida de las pensiones por el auge de la deuda
La deuda pública ha registrado su máximo histórico en plena debacle económica con Bruselas avisando: la subida de las pensiones y los fondos europeos, en duda
Después de unos meses catastróficos para la economía, con la inflación superando en algunos productos las dos cifras, el gobierno de Pedro Sánchez sigue estancado en la inacción, contemplando cómo los organismo internacionales recortan las previsiones de crecimiento y auguran un futuro terrible para los bolsillos de los españoles.
Una inacción que se ve reflejada en valores económicos como el índice de Precios al Consumo, que según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, habría subido un 8,7% en el mes de junio, alcanzando un 5% de inflación subyacente, que no tiene en cuenta productos como los hidrocarburos o los alimentos.
De hecho, estos dos elementos han sido los culpables de que haya aumentado tanto la inflación, llegando a registrar una subida del 11% en los alimentos, con productos concretos como la fruta, o los huevos en subidas que sobrepasarían el 20% con respecto al mismo periodo del año anterior.
También se ve reflejada esa inacción en la deuda, que sigue disparada hasta registrar máximos históricos, como esta misma semana, donde la deuda del conjunto de las administraciones públicas ha registrado un aumento del 0,85% respecto a marzo, hasta alcanzar el máximo histórico de 1,453 billones de euros, con lo que se sitúa en el 117,7% del PIB, según los datos avanzados por el Banco de España.
En el último año, la deuda pública ha crecido un 4,4%, con 60.875 millones de euros más, como consecuencia de los menores ingresos y los mayores gastos derivados de la crisis de la pandemia y más recientemente por la guerra en Ucrania. El alza mensual de la deuda en marzo se debe casi exclusivamente incremento del endeudamiento del Estado, ya que la deuda de las comunidades, los ayuntamientos y la Seguridad Social se ha mantenido más o menos estable en el tercer mes del año.
Unos datos que se suman a lo ya anunciado por el comisario europeo de economía, Paolo Gentiloni: "Tenemos una segunda solicitud de pago por parte del Gobierno español del fondo de recuperación y vamos a analizar esta solicitud para asegurarnos de que el sistema de pensiones es fiscalmente sostenible”.
Es decir, Bruselas pone ya en duda que España pueda hacer frente a las ayudas europeas tras la pandemia. Y es que lo que quiere prevenir la unión es que nuestro sistema de pensiones colapse y, sobre todo, conocer si esas condiciones económicas en las que se ofrecieron las ayudas a España (cuando el ritmo de crecimiento era alto y sostenible) ahora mismo se pueden cumplir o hay que rebajar las expectativas y replantear las ayudas (aunque Sánchez ya haya anunciado miles de millones a gastar por el Estado).
Y es que uno de los grandes problemas de la economía española en cuanto a la financiación de las pensiones, es que éstas están ligadas al IPC, lo que significa que si los precios siguen subiendo como está previsto, el año que viene el coste del Estado ase dispararía, algo que desajustaría las condiciones presentadas a Bruselas y, por tanto, modificando sustancialmente las condiciones de las ayudas europeas para el desarrollo.
La reforma de los autónomos, en el aire con el Ministerio de Escrivá "tambaleándose"
A todo ello, hay que sumarle que esta misma semana, el Ministerio de Seguridad Social de José Luis Escrivá vio cómo sus dos secretarios de Estado en la materia abandonaban sus cargos: se trata de Jesús Perea, el secretario de Estado de Migraciones, e Israel Arroyo, mano derecha de Escrivá. Según ABC, estas dimisiones se han producido por discrepancias en la redacción de la nueva reforma del sistema de cotización de los autónomos.
Unos ceses que han obligado a Escrivá a llevar a cabo la quinta remodelación de la estructura de su Ministerio y que podrían poner en peligro esa reforma. Y es que estos meses Escrivá y su equipo han discutido sobre el nuevo sistema de cotización de los trabajadores autónomos, lo que podría haber traído esas discrepancias.
Sin embargo, lo que más urge ahora es finalizar la redacción de esa modificación legal para que se pueda enviar a Bruselas y que la Unión dé su visto bueno a la medida. Eso sí, con estos cambios en la estructura del Ministerio, puede que no se cumplan los plazos marcados por los órganos comunitarios, que han fijado como muy tarde la presentación de la nueva reforma para finales de este mes.
Las previsiones, a la baja
A todo ello se le suma que el Banco de España ha recortado cuatro décimas su previsión para el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de España en 2022, desde el 4,5% hasta el 4,1%, y ha rebajado sus estimaciones para la inflación media del 7,5% al 7,2%, como consecuencia del efecto esperado del mecanismo ibérico para limitar el precio del gas y abaratar la factura de la electricidad.
"El inicio de la guerra en Ucrania abrió un período de enorme incertidumbre, que, tres meses y medio más tarde, continúa sin disiparse", ha reconocido el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, quien ha advertido de que las proyecciones están sometidas a "riesgos significativos", orientados a la baja en el caso del crecimiento del PIB y al alza en el de la inflación.
En este sentido, y de cara a los próximos años, el organismo prevé un crecimiento del 2,8% en 2023, una décima menos de lo estimado en abril, y un alza del 2,6% en 2024, una décima más respecto a la previsión anterior. Con todo, el Banco de España mantiene que la evolución prevista del PIB permitirá que la economía española recupere el nivel de producto previo a la pandemia en la segunda mitad de 2023.
El PIB habría crecido menos de lo esperado, un 0,3%, en el primer trimestre del año por el impacto de la guerra, la variante ómicron y la huelga de transportistas. Como resultado, el PIB se situó 3,4 puntos porcentuales por debajo de su nivel previo a la pandemia, cota que ya se había alcanzado en el conjunto del área del euro en el tramo final de 2021.
Por otro lado, según ha informado la propia Comisión Europea, el organismo calcula que la economía española crecerá un 4% en 2022, lo que supone un recorte de un 1,6% en comparación con la estimación que hizo en febrero y duplica su previsión de repunte de la inflación hasta el 6,3% para el presente ejercicio, frente al 2,8% estimado a principios de año, en las que son las primeras previsiones económicas del ejecutivo comunitario desde el estallido de la guerra.
La actualización de las previsiones económicas del Ejecutivo comunitario apuntan a un rebote del Producto Interior Bruto (PIB) de España del 4% en 2022, lo que situará a la economía española como la cuarta en crecimiento del conjunto de la UE en el presente ejercicio, sólo superada por Irlanda, Malta y Portugal, el Estado miembro que registrará un mayor crecimiento.
Para 2023, Bruselas estima un repunte del PIB de España del 3,4%, hasta un punto porcentual menos de lo previsto a principios de año y el pasado noviembre, lo que retrasará la recuperación de los niveles económicos prepandemia hasta mediados de 2023, según ha señalado en su análisis la Comisión Europea.
La estimación de crecimiento del 4% para 2022 se sitúa 0,3 puntos porcentuales por debajo de las previsiones de crecimiento presentadas por el Gobierno español hace dos semanas y en línea con las estimaciones de 2023, que el Ejecutivo español cifró en un 3,5% para 2023.