Los biocombustibles en España: generación de empleo e independencia energética
En nuestro país se comercializa más de un 10% del biocombustible y se estima que por cada punto porcentual que se aumenta, es como matricular 400.00 vehículos eléctricos.
Las compañías petroleras llevan años trabajando con los biocombustibles y, aunque su apuesta inicial fue tímida, ahora se está reforzando con numerosos proyectos de instalaciones.
En el año 2000 comenzaron las acciones para transformar las refinerías y usar bio-ETBE, un derivado del bioetanol que mejora el octanaje de la gasolina y que sustituyó eficazmente a los aditivos de plomo.
Actualmente, varias compañías españolas están trabajando en la fabricación de biocombustibles para la aviación (biojet), donde alternativas como la electrificación no son viables a corto/medio plazo.
Los beneficios de carburantes como el E85 (85% de bioetanol), un carburante con mayor octanaje, que mejora la combustión y reduce las emisiones de partículas de NOx y CO2, necesita de mecánicas denominadas de combustible flexible (FFV) y los distribuidores en España aún no disponen de puntos de suministro de este carburante al nivel de otros países europeos.
Otra línea de trabajo de las refinerías es la producción de hidrógeno de baja huella de carbono a través del reformado del bioetanol, lo que permite producir hidrogeno limpio para su utilización en vehículos eléctricos de pila de combustible.
España se rige en la actualidad por el Real Decreto 376/2022, de 17 de mayo, por el que se regulan los criterios de sostenibilidad y de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de los biocarburantes, biolíquidos y combustibles de biomasa, así como el sistema de garantías de origen de los gases renovables.
Así, las gasolinas y gasóleos que encontramos en las estaciones de servicio de nuestro país contienen por ley más de un 10% de biocombustible, cantidad que deberá aumentar al 12% en 2026. Por cada punto porcentual renovable que se añade a los carburantes, según la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), se evita la emisión de 800.000 toneladas de CO2 a la atmósfera, una reducción equivalente a matricular 400.000 vehículos eléctricos.
Empleo en el campo
El uso de los carburantes renovables, además de al medio ambiente, también ayuda a diversificar el mix energético del país y avanzar en la independencia de Europa y de España, pero, dentro del sector de las renovables, es una de las industrias que más empleo ha generado, siendo en el caso del bioetanol además un trabajo primordialmente en el sector agroganadero y en el ámbito rural.
Según datos de la Asociación Española de Bioetanol, el sector del transporte en España consume más del 40% del total de la energía final y el 95% de esta energía proviene de productos derivados del petróleo.
Hay que tener en cuenta que la producción de petróleo en España es prácticamente nula, y las reservas mundiales son muy limitadas y su ubicación están en zonas geopolíticamente complejas, lo que supone una gran volatilidad de los precios de los combustibles, más sometidos a intereses políticos que a los propios del mercado.
El consumo de energía final en España se distribuye de la siguiente manera: el 23%, el sector industrial; el 42%, el del transporte, y el 35%, el residencial y servicios
Javier Gil, director del departamento de Biomasa de CENER (Centro Nacional de Energías Renovables), explica que “en España, según un estudio del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, el potencial de producción de materias primas lignocelulósicas —biomasa o materia seca vegetal— equivaldría aproximadamente a 12 millones de toneladas de petróleo. Teniendo en cuenta que el consumo de energía en el transporte en España es de aproximadamente 30 millones de toneladas equivalentes de petróleo, para cubrir esta demanda será necesario combinar la movilidad eléctrica con el uso de combustibles renovables”.
Repsol, en vanguardia
Repsol dispone actualmente de tres puntos en Madrid, Barcelona y Lisboa (Portugal), que, por el momento, suministran biodiésel 100% únicamente a camiones y ampliará su oferta de productos multienergéticos antes de que finalice 2023 con la inclusión de combustibles gaseosos verdes en su red de estaciones de servicio como el biometano (en la actualidad, también cuenta con 18 puntos de suministro de gas natural vehicular en España).
La petrolera tiene en la actualidad en desarrollo varios proyectos que respaldan el objetivo de producir dos millones de toneladas de combustibles sostenibles en 2030. El uso de estos combustibles evitará que lleguen a la atmósfera más de dos millones de toneladas de CO2.
La primera planta de biocombustibles avanzados de España se pondrá en marcha a finales de 2023 en el complejo industrial de Cartagena (Murcia) y empleará tecnologías de vanguardia para fabricar 250.000 toneladas al año de biocombustibles avanzados como bionafta o biojet para aviones, biopropano o hidrobiodiésel, que se podrán usar en aviones, barcos, camiones o coches, y permitirán reducir 900.000 toneladas de CO2 al año.
También en esta planta se fabricará biojet, combustible que ya se estaba produciendo en los complejos industriales de Puertollano (Ciudad Real), Tarragona y Bilbao, y que permite una reducción muy significativa de las emisiones de CO2 en el sector de la aviación.
En esas mismas instalaciones se ubicará en 2025 una nueva planta de hidrógeno renovable, que supondrá una inversión de unos 215 millones de euros y la generación de alrededor de 1.100 empleos en las diferentes fases de construcción y puesta en marcha.
En 2021, la petrolera, tras habilitar en 135 estaciones de servicio de Madrid puntos de recogida de aceite usado de cocina, procesó sus primeras 500 toneladas de aceite de fritura de origen nacional como materia prima para la fabricación del primer lote de hidrobiodiésel en su refinería de A Coruña. De media, de esta la planta salen, anualmente, en torno a 1,8 millones de toneladas de este ecocombustible.
Además, Repsol se ha unido a la tecnológica Enerkem y a Agbar (especialista mundial en gestión de aguas y residuos) en la joint venture Ecoplanta Molecular Recycling Solution (Ecoplanta), en El Morell (Tarragona), que transforma residuos sólidos urbanos en metanol renovable para fabricar nuevos materiales y biocombustibles avanzados.
Esta planta, que se espera que esté en funcionamiento para 2026, procesará unas 400.000 toneladas de residuos sólidos urbanos no reciclables procedentes de ecoparques -plantas de recuperación y tratamiento de residuos- de las regiones circundantes. Estos desechos se utilizarán para producir unas 240.000 toneladas de metanol renovable (biometanol).
Por otra parte, Repsol, a través del Repsol Technology Lab, participa en el proyecto Rewofuel, que consiste en el diseño conceptual de una biorrefinería para convertir residuos vegetales en biocombustibles mediante hidrólisis. El cometido de Repsol se centra en evaluar y garantizar que las formulaciones finales de gasolina y combustibles para aviación cumplen con todos los requisitos para su comercialización y uso. Este proyecto, una apuesta firme por las energías renovables para impulsar la movilidad sostenible, podría reducir las emisiones de CO2 en 510.000 toneladas al año.
Según el Plan Estratégico 2021-2025 de Repsol, a compañía estima que en 2025 Repsol tendrá una capacidad de producción de 1,3 millones de toneladas de combustibles renovables y llegará a más de dos millones de toneladas en 2030, lo que le posicionará como una empresa líder en la producción de estos combustibles en España y en Europa.