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Las grandes empresas españolas son las que pagan más impuestos de Europa

El tipo efectivo de las no financieras en España supera el que pagan las grandes corporaciones de Alemania, Francia, Italia y Países Bajos. La estrategia de Sánchez es asfixiante.

Las acciones de Ferrovial subieron el día de su ‘histórica’ junta de accionistas para decidir el traslado de su sede social a Países Bajos.

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El último Informe sobre Fiscalidad de la Comisión Europea ha revelado que la estrategia del Gobierno de Pedro Sánchez de señalar a las grandes empresas españolas como las protagonistas de la desigualdad en nuestro país en la contribución a la Hacienda Pública respecto a las pymes ha conseguido su objetivo, pero hasta tal punto que son las que soportan una carga fiscal más alta de toda Europa.

El tipo efectivo que las grandes empresas no financieras pagan en España supera el que pagan las grandes corporaciones alemanas (28,8%), las francesas (26%), las italianas (23,9%) y también las que tienen su residencia en los Países Bajos (23,2%), según el citado informe de la Comisión.

El traslado de Ferrovial a Holanda el pasado febrero fue el más sonado de un goteo de éxodos hacia una fiscalidad más favorable para las empresas que el Instituto de Comercio Exterior (Icex) y la Oficina Económica de la embajada española en La Haya ya habían puesto de manifiesto en un informe de 2021.

El documento avisaba de que “en 2017 se había registrado la actividad de 24.375 multinacionales españolas en ese país, lo que representaba un 2,1%”, un número que ha seguido aumentando a causa de la presión a la que se les está sometiendo en España y a la atractiva fiscalidad de Países Bajos.

Tanto el Icex como la embajada advertían al Gobierno español de que España era uno de los países de la Unión Europea más perjudicados por la situación de atracción holandesa, ligeramente por debajo de Francia, Alemania, Italia y Bélgica.

Según el Icex, el cambio de domicilio fiscal de las empresas españolas no se debía sólo a la política fiscal holandesa más favorable, sino también a una mayor seguridad jurídica y protección frente a operaciones hostiles en el caso de las cotizadas. Ahora, además, hay que unir el incremento de las cargas fiscales que ha llevado a cabo en los últimos meses el Gobierno de coalición, que consideraba las grandes corporaciones aportaban menos de lo que debían a la Hacienda Pública.

La tesis gubernamental se basaba en los informes de la Agencia Tributaria, en los que se reflejaba que la contribución fiscal de las grandes empresas españolas era menor, en términos porcentuales, que las correspondientes a las pequeñas y medianas empresas.

En plena campaña del Gobierno contra las empresas y su baja tributación e inmersos en la resaca por el cambio de sede de Ferrovial, el Ministerio de Hacienda no se hizo eco, como otras veces, del Informe País por País de la Agencia Tributaria, que informa de la tributación de las multinacionales en el mundo.

El de 2020, publicado en abrir de este año, mostraba un tipo medio efectivo en el mundo de las multinacionales españolas que facturan más de 750 millones del 24,8%, rozando el nominal, y más de ocho puntos superior que el de 2019, del 16,7%, y frente al 18,3% en 2018; al 17% en 2017, y al 15,5% en 2016. Es decir, casi diez puntos más en el año de la pandemia que en 2016 y también diez puntos por encima del tipo mínimo de Sociedades del 15% que impone desde 2021.

Este efecto se debe a que el Impuesto sobre Sociedades pagado desciende menos que los beneficios. El 44%, 56 grupos, paga incluso un tipo efectivo medio del 39,4%, mientras que el 56% (70) de los grupos tiene un tipo efectivo promedio del 11,4%.

La excepcionalidad de la pandemia y la metodología que Hacienda suele aplicar a las cifras que ofrece de tributación de multinacionales se volvía esta vez en su contra.

El Ejecutivo puso en marcha una serie de medidas aprobadas para enmendar la supuesta desigualdad que arrojan las estadísticas habitualmente ‘cocinadas’ por la Agencia Tributaria. La ’receta’, según publicó 'Vox Populi' en su momento, consiste en una muy laboriosa elaboración de un dato que las empresas no dan ni el informe pide, el beneficio agregado a partir de los datos de cada filial en cada país, en el que Hacienda no descuenta las pérdidas, lo que le permite elevar el resultado antes de impuestos y así rebajar el tipo efectivo.

Este planteamiento es llamativo en el terreno tributario, cuando en el Impuesto sobre Sociedades los grupos contribuyen restando pérdidas, lo que lleva a que dos grupos con 100 millones de beneficios cada uno y uno de ellos con pérdidas tuvieran que tributar lo mismo.

Las medidas que estableció el Gobierno para mitigar esa supuesta desigualdad tributaria fueron fijar un tipo mínimo del 15% en el impuesto de sociedades para aquellas empresas que facturen más de 20 millones de euros, pagar el 5% sobre los dividendos de sus filiales en el extranjero y limitar al 50% la aplicación de créditos fiscales por las pérdidas de años anteriores.

Todas estas medidas adoptadas por el Gobierno han llevado a España a liderar el ránking europeo de las grandes empresas no financieras con la mayor tasa fiscal efectiva.

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