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El impuesto especial a la banca crea desigualdad

La Autoridad Bancaria Europea, al igual que el Banco Central, recuerdan al gobierno que debe ser prudente con el uso del impuesto especial a la banca. Y Gortazar recuerda que es injusto.

Carlos Cuerpo

Publicado por
Rodrigo Martínez

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El presidente de la Autoridad Bancaria Europea, José Manuel Campa, ha pedido este martes al Gobierno "prudencia" con lo que demanda a los bancos, en alusión a la posibilidad de alargar el impuesto extraordinario al sector y recaudar ese dinero para las arcas públicas. Para él lo importante es que ese dinero se quede en el sector para prepararse para el futuro. Y ha argumentado que si los propios supervisores piden prudencia a los bancos a la hora de repartir sus beneficios, el propio Gobierno también tiene que serlo con lo que demanda al sector.

Campa considera que es "razonable" pensar que los beneficios de la banca no serán tan buenos en el futuro. De hecho, pese al optimismo de los banqueros, el presidente de la Autoridad Bancaria Europea insiste en que los bancos tienen que seguir teniendo cuidado y continuar vigilando la morosidad.

El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, y el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, también señalan que el impuesto extraordinario a la banca se debería utilizar para mejorar la capitalización del sector, como se ha hecho en Italia. Ambos han recordado que de esta forma los bancos estarían mejor protegidos ante las diversas incertidumbres que afronta la evolución de la economía, ya que, entre otras cosas, la rentabilidad del sector no está garantizada.

La presidenta de la Asociación Española de Banca, Alejandra Kindelán, se pregunta si con esas perspectivas y un escenario de incertidumbres es el momento de "poner una mochila" al sector de 1.500 millones. Insiste una vez más en que el impuesto tiene efectos contraproducentes para la economía española, pues los 3.000 millones que esperaba recaudar en los dos primeros años de vigencia restaban la capacidad de que los bancos concedieran 50.000 millones en créditos.

Pese a los elevados beneficios obtenidos en 2023, las entidades bancarias mas grandes del país siguen con su cruzada contra el impuesto extraordinario fijado por el Gobierno a la banca, sobre el que todavía no se sabe si se mantendrá de forma fija o desaparecerá en los próximos años. El último en arremeter contra este tributo temporal, como bien apunta José V. Monge, ha sido el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, quien ha amenazado con sacar las sucursales de la entidad situadas en la denominada España vaciada. La razón es que su banco no compite en igualdad de condiciones con las cajas rurales, exentas de pagar este impuesto, y el banquero pide que «abarque a todas».