¿Vendo mi casa para mejorar mi pensión?
Aunque las pensiones están creciendo a costa de la deuda pública hay fórmulas que te permiten seguir viviendo en tu casa y recibir un extra que sirva de complemento para ayudar a tu familia.
La mejor forma de compensar una pensión sin ponerse a asaltar furgones blindados, tal y como recomiendan las películas de media tarde que ponen los fines de semana en las grandes cadenas, es vendiendo su vivienda con el compromiso de quedarse en ella hasta su fallecimiento. Se trata de la fórmula de la hipoteca inversa que en principio sólo exige un requisito; tener una vivienda en propiedad.
Así lo recoge la Fundación Mapfre en su informe Vivienda y pensión. Guía para monetizar la vivienda y mejorar tu pensión al que ha tenido acceso Esdiario. Y es que el contexto socioeconómico actual está impactando en la situación financiera de los mayores de 55 años. Tal y como muestra el “IV Barómetro del Consumidor Sénior” del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE, el 50% de los mayores de 55 años se muestra intranquilo respecto a sus
finanzas y el 29% prevé que su situación económica empeore en un futuro.
Esta percepción podría ser una de las razones por las que el número de propietarios mayores de 55 años que quiere sacar mayor beneficio económico de su vivienda se haya incrementado 6 puntos porcentuales en un año, al pasar del 29% al 34,6% actual.
Ante esta situación, el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE ha editado el mencionado informe realizado por los expertos Juan Ángel Lafuente Luengo, Catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universitat Jaume I, y Pedro Serrano Jiménez, Profesor Titular de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad Carlos III.
Insostenibilidad futura del sistema de pensiones
El documento señala que las últimas estadísticas disponibles indican que una significativa
proporción de adultos está afrontando su jubilación con carencias. Actualmente, la pensión media de jubilación en España se encuentra en 1.438,20 euros, una cuantía que ha aumentado respecto al año pasado y que garantiza un nivel de sustento básico, pero a menudo insuficiente para mantener el nivel de calidad de vida de la población retirada.
Según el “IV Barómetro del Consumidor Sénior”, más de 16 millones de españoles superan los 55 años y, de estos, el 55% está jubilado o retirado. Sin embargo, la proporción de sénior trabajando (4,1 millones) es muy superior a la de los jóvenes (2,9 millones). Estas cifras son un reflejo de que en los próximos años habrá menos trabajadores en proporción a los jubilados, lo que creará presiones financieras significativas en el sistema de pensiones.
Vivienda y pensión
La venta o el alquiler de una vivienda en propiedad son las decisiones más habituales para obtener ingresos extras durante la jubilación sacando rédito al patrimonio inmobiliario. Sin embargo, no todos los sénior tienen una segunda vivienda a la que trasladarse y, además, el 45% de los mayores de 55 años no tiene intención de cambiar de residencia en el futuro, una tendencia que crece a medida que aumenta la edad.
“Teniendo en cuenta que más de 8 de cada 10 sénior son propietarios de su vivienda, es fundamental que conozcan que existen distintos productos aseguradores y financieros con los que pueden mejorar su poder adquisitivo y, por tanto, su nivel de vida durante esta etapa de jubilación".
A través de la monetización de la vivienda se consigue convertir el patrimonio inmobiliario en dinero líquido y, al igual que ocurre con los planes de pensiones o los seguros, es un instrumento más que los sénior pueden emplear para complementar las prestaciones públicas por jubilación”, asegura Juan Fernández Palacios.
Si se opta por mantener la casa, el propietario puede obtener liquidez mediante la venta del inmueble en vida, pero manteniendo el derecho a residir en él de forma vitalicia. Esto se consigue a través de la cesión de la titularidad del inmueble a cambio de dinero en efectivo, aunque mantiene el derecho a residir en la vivienda hasta su fallecimiento.
Dentro de este grupo se encuentran la venta de la nuda propiedad, la vivienda inversa y las rentas vitalicias inmobiliarias.
También se puede no producir la transferencia de propiedad, pero se obtiene liquidez a través de una entidad financiera. Para ello, se puede emplear la hipoteca inversa y el anticipo de alquileres. Esta opción es muy útil para aquellos propietarios que quieren proteger la transmisión de su vivienda a sus herederos. De esta forma, la propiedad la retiene el propietario mayor de 55 años hasta su fallecimiento y, después, pasará a ser de sus herederos.