Se va un buen Gobernador del Banco de España
En un mundo politizado por los cuatro costados es difícil encontrar un servidor público que haya desempeñado en todo momento su trabajo sin beneficiar ni castigar a ningún sector político.
El que fuera durante los últimos 6 años Gobernador del Banco de España, 2018-2024, cumpliendo con el mandato que le fue encargado, Pablo Hernández de Cos, se despide con una hoja de servicios absolutamente inmaculada.
Es más, si por algo se ha caracterizado en estos seis intensos años ha sido precisamente para evadirse del ruido político y ofrecer en todo momento una acertada visión frente a los importantes retos a los que se ha enfrentado.
En género epistolar pero a diferencia del Presidente del Gobierno, en el blog oficial del Banco de España, el Gobernador, ha compartido su visión sobre cómo ha afrontado una sucesión de acontecimientos inauditos, como la pandemia, y los vaivenes de la economía y de la inflación.
Hoy, al concluir mi mandato, dejo el cargo de gobernador del Banco de España, que he tenido el honor de ocupar desde junio de 2018. Quiero despedirme de ustedes con una reflexión personal sobre lo que ha supuesto para el Banco de España este período, plagado de sobresaltos, y sobre cómo lo hemos afrontado como institución.
Un período convulso, plagado de desafíos
En 2018, la economía española estaba recuperando el pulso después de la crisis financiera global de 2007, profundizada en Europa por la crisis fiscal posterior . Estas crisis tuvieron un fuerte impacto en nuestra economía y en nuestro sistema financiero. Y también, hay que reconocerlo, sobre la reputación y la confianza depositada en él.
La recuperación fue cortada de cuajo por la sucesión de graves acontecimientos, que ocasionaron grandes distorsiones y bandazos en la economía, y el desplome de la renta per cápita.
El primer y principal acontecimiento fue la pandemia de COVID-19 a inicios de 2020 que paralizó la actividad global. En 2021, con la reactivación económica, la inflación despertó con fuerza , después de décadas hibernada. La invasión rusa de Ucrania avivó la inflación y complicó la recuperación . Y en 2023 una crisis bancaria en Estados Unidos y Suiza amenazó al sistema financiero global, aunque finalmente el impacto fue limitado. Más recientemente, Gaza ha añadido un nuevo foco de incertidumbre.
Estos acontecimientos han reforzado otras dinámicas que ya estaban transformando la economía global:
Los cambios en la regulación financiera y la gestión de crisis después de 2007, que han requerido la adaptación del sector financiero, también confrontado con los retos de la innovación financiera.
Un mundo cada vez más globalizado a través de los flujos de comercio, capital e información, pero, al mismo tiempo, con crecientes riesgos de fragmentación y con profundos cambios y riesgos geopolíticos.
Una sociedad más envejecida
El incremento de la desconfianza en las instituciones y de la polarización política e escala global.
Todo ello ha configurado un entorno de mayor incertidumbre y complejidad que, en clave interna, se refleja en múltiples retos para la economía española, viejos y nuevos.
El Banco de España ha contribuido decisivamente a la formulación de las políticas económicas para afrontar esta compleja situación. No solo en nuestro país, sino también a nivel europeo, como en el caso de la política monetaria del Eurosistema , la supervisión bancaria (a través del Mecanismo Único de Supervisión , la vigilancia macroprudencial (a través de la Junta Europea de Riesgo Sistémico ) o la resolución de entidades (con el Mecanismo Único Resolución ). E, incluso, a escala global a través, por ejemplo, del Consejo de Estabilidad Financiera o del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea , que he tenido el honor de presidir desde 2019.
La situación económica se ha estabilizado después de tantas perturbaciones y hemos recuperado el nivel de renta per cápita previo a la pandemia. La lucha contra la inflación va por buen camino, lo que nos ha permitido comenzar a reducir los tipos de interés en la que fue mi última reunión del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), el 6 de junio. En paralelo, se ha mantenido la estabilidad financiera y nuestro sistema bancario cuenta hoy con mayores niveles de solvencia y liquidez.
Durante estos años, hemos hecho, además, un notable esfuerzo para acercarnos a la ciudadanía y aumentar la proyección internacional; ambos aspectos redundan en la mejora de nuestra imagen externa.
Otro eje central de nuestra estrategia, aunque menos visible desde fuera, son los cambios internos, orientados a mejorar nuestra eficacia y eficiencia, dar una mayor cohesión a nuestro trabajo y dotarnos de más flexibilidad.
En conjunto, creemos que en estos años hemos contribuido a aumentar la presencia, impacto e influencia externa del Banco de España en sus diferentes ámbitos de actuación, así como a alcanzar mejoras significativas en la flexibilidad, agilidad y eficiencia de la organización interna del trabajo.
De cara al futuro, la flexibilidad y capacidad de adaptación van a seguir siendo esenciales. En este sentido, será necesario seguir avanzando en estas dimensiones. Es el modo de garantizar una respuesta transversal, integral y ágil a los múltiples retos a los que el Banco de España se enfrentará en los próximos años.
Ha sido un privilegio ser gobernador del Banco de España y liderar un equipo humano tan cualificado y comprometido con los objetivos de la institución que, en último término, pretenden contribuir a la mejora del bienestar de nuestra ciudadanía. Mis últimas palabras son de agradecimiento a todos ellos, con la seguridad de que mantendrán el mismo compromiso de servicio público en la nueva etapa que ahora se abre.