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Lombard alerta a Francia de que su inestabilidad política castigará su economía

Esta claro que todos los empresarios lo que quieren es un marco político tranquilo. Algo que no se avecina en Francia y por ello Lombard Odier alerta de su impacto sobre la economía gala.

Buque francés para el tendido eléctrico submarino.

Publicado por
Israel García-Juez

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Lombard Odier ha querido compartir con Esdiario los posibles escenarios políticos en Francia, sus implicaciones para el mercado y los efectos secundarios sobre los activos europeos.

Las elecciones entre el 7 y el 9 de junio confirmaron la mayoría política del centroderecha en el Parlamento Europeo, transmitiendo a primera vista un mensaje de continuidad política a nivel de la UE.

Sin embargo, en Francia, la respuesta del presidente Emmanuel Macron a la victoria de Marine Le Pen y su partido “Rassemblement National” (RN) en las elecciones parlamentarias europeas llevó a la disolución de la Asamblea Nacional y a la realización de elecciones legislativas anticipadas.

Los mercados reaccionaron de inmediato, empujando los rendimientos de los bonos soberanos franceses a 10 años ('Obligations assimilables du Trésor', o OAT) de menos del 3% a poco más del 3.30% (y ampliando el diferencial con los Bunds alemanes a 78 puntos básicos).

El índice CAC40 de Francia ha disminuido un 9% en el mes y apenas ha mostrado crecimiento en lo que va de año,

mientras que el DAX de Alemania ha caído un 4% en el mes, siguiendo un 7% por encima del inicio de este año.

A diferencia del sistema de votación proporcional de las elecciones parlamentarias europeas, el proceso de dos rondas en Francia para su cámara nacional presenta un obstáculo importante para que cualquier partido forme una mayoría funcional. En cada una de las 577 circunscripciones de Francia, a menos que un candidato obtenga más de la mitad de todos los votos en la primera ronda, se lleva a cabo una segunda vuelta entre el primer y el segundo candidato, además de cualquier otro que obtenga más del 12.5% de los votantes registrados.

Por lo tanto, anticipamos, como escenario base, un parlamento sin mayoría absoluta, sin que ningún partido alcance los 289 escaños necesarios para obtener una mayoría absoluta durante el resto del mandato del presidente Macron, que finaliza en abril de 2027.

Dado los fuertes resultados del RN a nivel europeo, podríamos esperar que, sin embargo, gane una mayoría relativa. Eso permitiría a RN liderar un gobierno en un escenario de cohabitación, consistiendo en el presidente Macron de Renaissance más un gobierno liderado por RN.

En términos de política económica, tal escenario no sería muy diferente de cualquier otro escenario de gobierno minoritario, ya que la legislación en un parlamento colgado sería difícil de aprobar, independientemente de quién lidere el gobierno. Francia ha experimentado históricamente varios períodos de cohabitación: por ejemplo, entre el presidente François Mitterrand y el primer ministro Jacques Chirac a finales de la década de 1980, o entre el entonces presidente Chirac y el primer ministro Lionel Jospin a finales de la década de 1990 y principios de la de 2000. Esta cohabitación probablemente se consideraría una de las más difíciles, con la posibilidad de protestas y acciones potencialmente disruptivas por parte de fuerzas opositoras en toda Francia durante algún tiempo.

Las cosas serían diferentes si, en comparación con nuestra evaluación actual, un grupo político obtuviera una mayoría absoluta en el parlamento francés. Vemos una probabilidad del 15-20% de que el partido RN logre esto, y una probabilidad de menos del 10% de que los partidos de izquierda de Francia alcancen una participación tan alta en el voto. En ningún caso esperamos que el partido Renaissance del presidente Macron obtenga suficiente apoyo para ganar una mayoría absoluta.

Amenazas políticas para el panorama macroeconómico

Los desarrollos macroeconómicos recientes han sido en general constructivos, con una tendencia global hacia la desinflación que permite a los bancos centrales, en particular al Banco Central Europeo, dar sus primeros pasos hacia la flexibilización de la política monetaria. Los riesgos políticos y geopolíticos abundan y amenazan esta perspectiva. Mientras el enfoque actual está en las próximas elecciones francesas, una elección general en el Reino Unido sigue el 4 de julio, con resultados e implicaciones que parecen claros. En noviembre, y más importante para el resto del mundo, se celebran las elecciones en EE.UU.

Si las elecciones francesas resultan en una cohabitación con un parlamento fragmentado, nuestra perspectiva económica base para la zona euro sigue en curso. Esto debería hacer que las acciones francesas se recuperen después de la segunda ronda de elecciones, ofreciendo un posible punto de entrada para los inversores.

Por otro lado, si surge un nuevo parlamento con una mayoría gobernante, esperamos una perspectiva económica más incierta para la zona euro. Esto crearía los mayores riesgos para otros activos europeos como los bonos soberanos de la zona euro y el euro. Esperaríamos que las acciones francesas continúen vendiéndose, especialmente en el caso de una mayoría de izquierda.

Dicho esto, merece la pena subrayar que la arquitectura económica y financiera de la zona euro hoy en día se ve muy diferente a la crisis de deuda soberana de 2012. La existencia de programas del Banco Central Europeo (BCE) como el Instrumento de Protección de la Transmisión (TPI) limita el alcance de las ventas desordenadas en el mercado de bonos, al tiempo que proporciona un incentivo claro para que los gobiernos cumplan con el marco fiscal de la UE. Crucialmente, una condición necesaria para la activación de las intervenciones del TPI por parte del BCE es la voluntad del gobierno de cumplir con las reglas fiscales de la UE. El momento de la verdad para un gobierno francés entrante podría llegar si los diferenciales de los bonos se amplían, lo que provocaría un enfoque más pragmático en materia fiscal.

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