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Revisa al alza sus previsiones 

La economía española crecerá un 2,2% según Coface

Los emergentes compensarán la debilidad de USA y Europa 

Casi la mitad de los españoles percibe que la economía no mejorará en los próximos doce meses OBSERVATORIO CETELEM 02/7/2024Liliana MARSAN FORNIS

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España seguirá siendo este 2024 uno de los principales motores económicos de la zona euro, con una previsión de crecimiento para cierre de año del 2,2%. 

Esta es una de las principales conclusiones obtenidas en el Barómetro de Riesgo País y Sectorial de Coface, donde los analistas de la compañía mejoran en nueve décimas el impulso de la economía española, frente al crecimiento anual del 1,3% estimado en la pasada edición de este informe.

Tal y como refleja el análisis, la tendencia positiva del mercado nacional está superando todas las expectativas, con un crecimiento trimestral del PIB que alcanzó el 0,7% en los primeros tres meses del año. 

Una solidez que se ha visto apoyada por el sector exterior, impulsado principalmente por las exportaciones de servicios, y, en particular, por el turismo. 

De hecho, el sector registró cifras récord en el primer trimestre, con un aumento en el volumen de llegadas de turistas extranjeros y en el gasto (ajustado a la inflación), que superó los niveles anteriores a la pandemia en un 10% y un 20%, respectivamente.

Además, la inversión repuntó tras dos trimestres negativos (0,5 puntos

porcentuales), impulsada tanto por la inversión en bienes de equipo (que

crece un 3,7% respecto al trimestre previo) como en construcción (+3,0%).

Aunque ambas siguen por debajo de los niveles previos a la pandemia, su tendencia positiva va a continuar. Sobre todo, gracias a la aceleración de la aplicación de los fondos Next Generation de la Unión Europea.

Inflación persistente 

El consumo de los hogares se mantuvo resistente, incrementándose un 0,3% trimestral, gracias a la resiliencia de su poder adquisitivo, con una 

relajación de las presiones inflacionistas y un aumento de los salarios. 

El Barómetro de Riesgo País y Sectorial analiza, a partir de diferentes datos macroeconómicos, financieros y políticos de países de todo el mundo, la situación actual y futura de los diferentes mercados internacionales y sectores. 

A raíz de este trabajo, la compañía ha podido concluir que, en el primer trimestre de 2024, la economía mundial ha repuntado ligeramente respecto a los años anteriores, aunque persisten riesgos económicos, sociales y políticos globales que continúan marcando el ritmo mundial.

En consecuencia, Coface ha ajustado las calificaciones de cinco países y

26 sectores, indicando únicamente perspectivas positivas a corto plazo, y ha

mejorado la previsión de crecimiento mundial para 2024, situándola en el

2,5 %, con una estabilización prevista en el 2,7 % en 2025. 

Para justificarlo, el informe concluye que el crecimiento moderado en Estados Unidos y China se verá compensado por la aceleración en varios países emergentes.

Según el informe, a pesar de la ralentización de la economía

estadounidense, las cifras del mercado laboral parecen haber vuelto a niveles anteriores a la pandemia, lo que indica un mejor equilibrio entre la oferta y la demanda de mano de obra.

En China, el repunte económico sigue siendo desigual. El PIB superó las

expectativas en el primer trimestre de 2024, gracias a la inversión en el

sector manufacturero, intensificando la preocupación por el exceso de

capacidad de producción. Teniendo en cuenta la debilidad de la demanda

interna, los productores chinos tendrán que encontrar salidas en mercados

exteriores. Asimismo, las persistentes presiones deflacionistas podrían seguir frenando los ingresos de las empresas y los hogares.

Una desinflación más ardua 

La desaceleración de la desinflación (inflación menor que la esperada) en

Estados Unidos confirma que el último tramo en la lucha contra la inflación

es, sin duda, la fase más difícil. La causa radica en los precios

persistentemente elevados de los servicios y la vivienda.

Ante el retraso del calendario de la Fed, los países emergentes tendrán que

ralentizar o retrasar su ciclo de bajada de tipos para evitar un repunte de la

inflación vía importaciones. Brasil, por ejemplo, recortó su tipo de interés

oficial sólo 25 puntos básicos en mayo, tras seis recortes consecutivos de 50

puntos básicos.