Turismo
El sobreturismo amenaza con desbordar los destinos más icónicos
España enfrenta un reto creciente con el sobreturismo: la saturación de destinos clave afecta la calidad de vida local y la sostenibilidad del turismo.
El auge del turismo en Europa ha dejado una huella profunda en algunos de los destinos más icónicos del continente. Desde las costas bañadas por el sol de Grecia hasta las vibrantes calles de Barcelona, el fenómeno del sobreturismo está generando tensión entre los visitantes y las comunidades locales, que luchan por preservar su calidad de vida y proteger sus recursos.
El Índice de Sobreturismo, elaborado por Evaneos y Roland Berger, evalúa el grado de exposición de los destinos turísticos a este problema. El estudio analiza 70 de los destinos vacacionales más frecuentados del mundo, considerando cuatro criterios clave: la densidad de turistas por habitante, la densidad por kilómetro cuadrado, la estacionalidad, y la madurez del país anfitrión en términos de sostenibilidad.
De acuerdo con este índice, España, junto con Italia, Francia y Portugal, se posiciona entre los países europeos más afectados por el sobreturismo, especialmente durante la temporada estival. Entre los destinos más vulnerables también destacan Grecia y Croacia, dos naciones que han visto una afluencia masiva de turistas en sus principales enclaves costeros.
España en un caso crítico de sobreturismo
Con más de 78 millones de turistas internacionales anuales, España se sitúa como uno de los principales destinos turísticos a nivel global, y el impacto de esta masiva afluencia de visitantes es considerable. El estudio muestra que España alberga una media de 4 turistas internacionales por habitante y 156 turistas por kilómetro cuadrado, lo que representa una presión significativa sobre los recursos locales, particularmente en las regiones costeras y las grandes ciudades. Además, el 41% de las llegadas de turistas se concentran en el tercer trimestre, lo que subraya el carácter estacional del turismo en el país.
La falta de una gestión sostenible adecuada del turismo también es evidente en los datos del estudio, que asigna a España una puntuación de 2 sobre 5 en términos de madurez para enfrentar los desafíos del sobreturismo. La sobresaturación de destinos populares como Barcelona, Mallorca, o Sevilla no solo afecta a la experiencia del visitante, sino que también genera tensiones con la población local debido al aumento en el costo de la vivienda, la congestión en las infraestructuras, y el deterioro del patrimonio cultural.
El estudio clasifica el sobreturismo en grandes categorías:
El turismo costero es el que presenta el mayor nivel de exposición, con una puntuación promedio de 4 en una escala de 5. Los países más afectados en esta categoría incluyen España, Grecia, Croacia, y Chipre, donde la alta densidad de turistas por kilómetro cuadrado y la dependencia económica del turismo agravan el problema.
Y el sobreturismo urbano también es una preocupación en Europa, particularmente en ciudades como Copenhague, Ámsterdam y Dublín, que encabezan el ranking en esta categoría con puntuaciones superiores a 3,4. Aunque las capitales europeas suelen ser más maduras en términos de sostenibilidad y menos dependientes del turismo, estas urbes siguen recibiendo un flujo desmesurado de turistas durante la temporada alta.
Medidas para mitigar el sobreturismo
Evaneos, en colaboración con agencias locales, ha implementado diversas medidas para mitigar el sobreturismo en destinos altamente afectados. Una de las decisiones más notables ha sido la exclusión de Mykonos y Santorini de su catálogo de viajes a partir de 2025. Esta medida tiene como objetivo reducir la presión turística sobre estas islas griegas durante los meses de verano, promoviendo en su lugar alternativas como el Peloponeso o la Grecia continental.
En España, algunas ciudades ya han comenzado a implementar medidas para combatir el sobreturismo. En Sevilla, por ejemplo, las autoridades han propuesto restringir el acceso a la Plaza de España y cobrar una tarifa de entrada para financiar su conservación. En otras ciudades, como San Sebastián, se han prohibido los grupos turísticos numerosos, mientras que Palma de Mallorca ha sido escenario de protestas masivas bajo el lema "Menos turismo, más vida", exigiendo acciones más contundentes para frenar la saturación turística.
Además, tanto Cataluña como las Islas Baleares ya aplican una tasa turística con el fin de recaudar fondos que se destinen a proyectos de sostenibilidad y mejora de las infraestructuras turísticas. Esta tasa, que varía entre 1 y 6,75 euros por noche, según el destino y el tipo de alojamiento, ha sido bien recibida por una parte de los turistas, que consideran razonable pagar un extra si se utiliza para preservar el entorno y mejorar la calidad del turismo.
El sobreturismo no solo plantea desafíos para la sostenibilidad de los destinos, sino que también afecta a la experiencia de los viajeros. La saturación de algunos lugares emblemáticos ha llevado a la degradación de los recursos naturales, la sobreexplotación de infraestructuras, y el deterioro del patrimonio cultural. La solución a este problema pasa por una desestacionalización del turismo, promoviendo los destinos fuera de la temporada alta, y una mejor distribución de los flujos turísticos a lo largo del año.
España y otros países europeos deben abordar de manera urgente los desafíos del sobreturismo, desarrollando políticas más efectivas que equilibren la oferta y demanda turística, protejan los recursos locales y garanticen una experiencia más auténtica y sostenible tanto para los residentes como para los visitantes.
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Noel Rodilla