La reutilización también y además sostenible
La desalación es una solución asequible para el consumo humano, la industria y la agricultura
Domingo Zarzo, presidente de la patronal del sector ha defendido que la desalación y la reutilización son imprescindibles para luchar contra la sequía con agua de alta calidad y la necesidad de planificar con tiempo las actuaciones, y ha abogado por combatir los falsos mitos sobre estas técnicas a través de una comunicación veraz y basada en la ciencia y la tecnología.
Domingo Zarzo, presidente de la Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDyR), ha explicado que desalación y reutilización son una solución asequible y sostenible tanto para el consumo humano como para la industria y la agricultura durante su participación en la sexta edición del Seminario Técnico Internacional sobre la Gestión Integral del Ciclo del Agua.
El presidente de esta asociación ha explicado que “ante el hecho constatado de que el cambio climático está haciendo necesario incorporar los recursos no convencionales en la planificación hidrológica”, la desalación y la reutilización son imprescindibles para luchar contra la sequía con agua de alta calidad y la necesidad de planificar con tiempo las actuaciones, y ha abogado por combatir los falsos mitos sobre estas técnicas a través de una comunicación veraz y basada en la ciencia y la tecnología.
El presidente de AEDyR ha comenzado su exposición poniendo de relieve la importancia de los recursos hídricos con datos tan impactantes como que 800 millones de personas no disponen de agua potable en el mundo y otros 2.200 millones no cuentan con suministro seguro, mientras que 3.600 millones carecen de saneamiento, o que el 70% del agua consumida en el mundo se usa para la agricultura.
“Y parte de la solución a estos problemas se encuentra en los mares y océanos, que contienen el 97,5% del agua del planeta”, ha añadido.
Una solución que, según ha explicado, “se traduce en 20.000 desaladoras que producen cerca de 100 Hm3/día a nivel mundial y con España en el quinto lugar en capacidad instalada del mundo, cinco millones de m3/día, que suponen el 9% de toda el agua potable en el país, entre el 60 y el 80% de la misma destinada al regadío”.
Durante su intervención ha detallado, asimismo, las inversiones previstas tanto para construir nuevas desaladoras como para actuar en las existentes, para ampliarlas o para realizar actuaciones en materia de descarbonización y eficiencia energética, así como para duplicar la capacidad de reutilización (“1.400 millones de euros en inversiones contemplados en el real decreto de medidas contra la sequía aprobado en mayo de 2023”).
Por otra parte, se ha detenido en dos cuestiones que ha considerado fundamentales para que la percepción de la población sobre la desalación y la reutilización se ajusten a la realidad: la comunicación veraz basada en el conocimiento científico y, como consecuencia de ella, la eliminación de los falsos mitos que existen sobre ambas actividades.
Y lo ha hecho con ejemplos muy gráficos, como que la energía necesaria para desalar el agua que consume una familia de cuatro miembros en un año es igual a la que necesita su refrigerador en ese periodo de tiempo o que el coste del agua desalada es, como mucho, de un euro el metro cúbico –“es decir, mil litros”, ha apostillado-, mientras que el precio de esa misma cantidad de agua embotellada alcanza, como mínimo, los 500 euros.
A ello ha añadido la explicación de por qué el concentrado resultante de la desalación apenas tiene impacto medioambiental: “Gracias a la dilución previa y a los sistemas de vertido mediante difusores, el concentrado es indistinguible del agua de mar a pocos metros del punto de vertido”.