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Santander dona más de 150.000 comidas con su proyecto ‘Comedores circulares’

Esta iniciativa se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y busca reducir la huella de carbono, al mismo tiempo que ayuda a personas en riesgo de exclusión social y lucha contra la inseguridad alimentaria en España.

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Ariadna Chust

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Santander España ha donado 118.000 comidas en tan solo dos años gracias a su innovador proyecto ‘Comedores circulares’, que forma parte de su compromiso con la sociedad, la sostenibilidad y la economía circular. Esta iniciativa, desarrollada en colaboración con la empresa Oreka, tiene como objetivo reducir el desperdicio alimentario y alinearse con el reto de la ONU de reducir a la mitad los excedentes de alimentos para 2030, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Lanzado en 2018, el proyecto ha permitido a Santander convertirse en un banco pionero en la lucha contra el desperdicio alimentario, contribuyendo a donar más de 150.000 comidas hasta la fecha. Este programa tiene un enfoque centrado en la redistribución de los excedentes de comida generados en los restaurantes para empleados de Santander. A través de un sistema que garantiza la seguridad alimentaria, estas comidas son donadas a personas en situación de vulnerabilidad, lo que ayuda a reducir la inseguridad alimentaria en España.

El proyecto ‘Comedores circulares’ no solo busca hacer frente al desperdicio alimentario, sino también contribuir a reducir la huella de carbono y a combatir las desigualdades. Según Marta Aisa, directora de Banca Responsable y Sostenibilidad de Santander España, “este proyecto nos ilusiona y nos enorgullece desde el primer día a todos los empleados del Santander y con él queremos abordar varias problemáticas: el excedente alimentario que se genera en los comedores del Banco, contribuir a reducir la huella de carbono y también las desigualdades y la falta de alimentos de colectivos vulnerables”.

La inseguridad alimentaria es una problemática significativa en España. Según el informe “Alimentando un futuro sostenible” de la Universidad de Barcelona, un 13,3% de los hogares españoles experimentan inseguridad alimentaria, afectando a más de seis millones de personas. Iniciativas como ‘Comedores circulares’ buscan mitigar esta situación, ofreciendo apoyo a aquellos más necesitados y aliviando parte de la carga que sufren organizaciones de ayuda como comedores sociales.

Impacto medioambiental postivo

Desde julio de 2022, el proyecto ha logrado un impacto medioambiental considerable. Las 118.000 comidas donadas han resultado en un ahorro de 65 millones de litros de agua, lo que equivale a la cantidad que se habría requerido para producir estos alimentos. Además, la iniciativa ha evitado la emisión de 169 toneladas de CO2, lo que subraya su contribución a la lucha contra el cambio climático.

El desperdicio alimentario es un problema grave no solo en España, sino en toda Europa. En la Unión Europea se generan más de 58 millones de toneladas de residuos alimentarios al año, lo que representa alrededor del 16% de las emisiones de gases de efecto invernadero del sistema alimentario europeo. En este sentido, ‘Comedores circulares’ se alinea con las políticas europeas que buscan reducir el desperdicio alimentario en el continente.

En España, el desperdicio alimentario alcanzó casi 1,2 millones de toneladas en 2022, una cifra que, aunque inferior a los niveles previos a la pandemia, sigue siendo preocupante. A través de iniciativas como la de Santander, se espera seguir reduciendo esta cifra y, al mismo tiempo, tener un impacto positivo tanto en la sociedad como en el medio ambiente.

Para asegurar la seguridad alimentaria en cada etapa del proceso, los excedentes de los restaurantes de empleados de Santander son tratados cuidadosamente. Cada día, una vez finalizado el servicio de comidas, los proveedores de restauración preparan los alimentos excedentes que no han salido de cocina a través de un proceso de abatimiento, que permite conservar los alimentos de manera segura para su posterior distribución.

Los guisos de legumbres, arroces, platos de pasta y guisos de verdura son los principales alimentos que se donan. Estos excedentes son recogidos por Oreka, una empresa especializada en la gestión y redistribución de alimentos, y se transportan al comedor social de La Hermandad del Refugio, en Madrid. Este comedor atiende diariamente a más de 250 personas en riesgo de exclusión social, proporcionando una red de apoyo esencial para muchos.

Voluntariado corporativo

Además de donar excedentes alimentarios, Santander fomenta el voluntariado entre sus empleados como parte de su compromiso con la responsabilidad social. Los trabajadores del banco tienen la opción de acudir como voluntarios al comedor de La Hermandad del Refugio para ayudar a servir las cenas después de su jornada laboral, contribuyendo de manera directa a mejorar la vida de las personas más vulnerables.

Este enfoque no solo refuerza la cultura de solidaridad dentro de la entidad, sino que también ofrece a los empleados una manera de involucrarse activamente en la lucha contra las desigualdades y la inseguridad alimentaria, permitiéndoles formar parte de una causa mayor que contribuye a un impacto positivo en la sociedad.

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