Sánchez debe una respuesta a España: ¿Ha sido extorsionado o no?
España no puede tener un presidente bajo sospecha de haber variado su posición internacional por una extorsión de Marruecos: debe aclararlo con urgencia.
Argelia mantiene el pulso con Sánchez y, lejos de recular en la suspensión del Tratado de Amistad, se ha reafirmado en su postura tras reprocharle a la Unión Europea su intervención ante un conflicto "bilateral" que no afecta, asegura, a sus compromisos con Bruselas.
La desastrosa diplomacia española ha quedado resumida en el insólito volantazo de Sánchez en un año: ha pasado de acoger clandestinamente al líder del Polisario a ceder el Sáhara a Marruecos, sin explicaciones en ninguno de los casos y sin contar con el visto bueno del Congreso.
A más inri, Pedro Sánchez sigue sin explicar si ese cambio tiene que ver con el espionaje que sufrió en su teléfono móvil, probablemente de la Inteligencia marroquí. Y alimenta con ello la extendida sospecha de que puede haber sido objeto de un chantaje: ¿Qué le encontraron en el móvil para girar 360 grados de actitud?
A España se la apoya sabiendo qué hace y por qué; no suscribiendo los caprichos de un presidente negligente bajo sospecha de actuar por extorsión
La mera duda ya es inaceptable: la sociedad tiene derecho a saber si el temor del presidente del Gobierno a que se conozcan sus “secretos” ha condicionado su posición en asuntos de Estado y si le puede debilitar, en adelante, en un momento clave en el tablero internacional en el que se juegan tantas cosas a la vez en Argel, Rabat, Bruselas, Moscú y Washington.
Sánchez debe explicarse hoy
Fue el propio Gobierno quien reveló ese episodio de espionaje y quien, sin explicaciones, ha cambiado radicalmente de postura con Marruecos y el Sáhara a cambio de nada. Y Sánchez no puede solventar este escándalo apelando a la unidad y reprochándole al PP nada.
A España se la apoya sabiendo qué hace y por qué; no suscribiendo los caprichos de un presidente negligente bajo sospecha de actuar por una burda extorsión, cuya veracidad o falta de ella ha de aclarar sin dilación hoy mismo. No hay nada más grave y prioritario que despejar esta insoportable duda.