Sánchez ha hecho el ridículo con Marruecos y debe dar explicaciones
España ha sido invadida en Ceuta por otro país y queda muy tocada su imagen internacional. El Gobierno debe dar explicaciones y no limitarse a exigir apoyo y silencio.
cerró ayer sus fronteras para evitar la llegada masiva de compatriotas suyos a Ceuta y Melilla. Un gesto de aparente buena voluntad que, en realidad, es toda una confesión de su responsabilidad en la invasión de las últimas 48 horas.El conflicto tiene tres esferas que conviene delimitar: una humanitario; otra nacional y una última internacional. En el terreno humanitario, España debe dar la mejor atención posible a los cerca de 10.000 inmigrantes llegados y, en especial, a los menores de edad. Cuidando a la vez el mantenimiento del orden público en Ceuta y asumiendo la evidencia de que la acogida solo puede ser temporal.
En el internacional, España ha de hacer una reflexión sobre su papel en el mundo: el apoyo de Estados Unidos a Marruecos y el tibio respaldo de la Unión Europea sientan un inquietante precedente.El Rey Mohamed VI habrá tomado nota, sin duda, de cómo siendo el responsable de una injerencia en país ajeno, sus apoyos han sido mayores. Con ello, sus aspiraciones inmediatas sobre el Sáhara y a medio plazo sobre Ceuta y Melilla han ganado fuerza.
Sánchez debe pedirle explicaciones a Podemos y a la Generalitat, no a Casado ni a los españoles por exigirle respuestas
En el terreno nacional, finalmente el necesario apoyo al presidente en esta crisis no equivale a la renuncia a examinar la diplomacia española, muy en entredicho; ni los sistemas de seguridad y control implantados en las fronteras, a todas luces insuficientes.El Gobierno tiene derecho a pedir consenso, pero también obligación de ofrecer diálogo para una puesta en común de las medidas a adoptar. El desprecio de Sánchez a los Pactos de Estado en casi todas las materias, incluida ésta, le retrata a la perfección: no puede esperar apoyos ciegos con un balance tan desastroso.
Más presencia en Ceuta y Melilla
España, por último, debe intensificar su presencia en Ceuta y Melilla, auténtico objetivo de Marruecos que algunos, como Puigdemont, incluso ha respaldado: concederle a ambas ciudades la condición de "africanas" es, para el delirante dirigente catalán, una manera de calentar también el conflicto en Cataluña.Que ante ese desprecio de uno de los socios de la Generalitat, o al de Podemos defendiendo de nuevo un referéndum en el Sáhara; Sánchez se calle y exija sumisión al PP, lo dice todo de la escala política de un mal presidente en España y fuera de ella.