Pedro Sánchez tiene motivos sobrados para dimitir
Aunque estemos ante una farsa, imaginemos que el presidente anuncia el lunes su dimisión. Llegaría tarde, muy tarde tras el mayor caso de corrupción política: la amnistía
Estamos asistiendo a una obra de teatro en directo, protagonizada por Pedro Sánchez, que bien podría titularse “La decisión”. Una carta cargada de lamentos y victimismo en la que afirma que tiene que parar y reflexionar hasta el lunes si merece la pena seguir u opta por dimitir. Y todo porque un juez está investigando a su mujer. No el PP, no la “fachosfera”, un juez. La esposa del presidente no es inmune. Si existen dudas sobre la posible comisión de un delito, hay que investigarlo.
En todo caso, aunque estemos ante una farsa, imaginemos que Sánchez anuncia el lunes su dimisión. Llegaría tarde, muy tarde. Le sobran los motivos para haberse ido a su casa hace mucho, especialmente desde que pactó su investidura en el extranjero con un prófugo de la justicia. Compró siete votos a cambio de una ley de amnistía que borra los delitos de esos políticos que le dieron sus votos y que el propio presidente y sus ministros calificaban de inconstitucional.
Ese ha sido el mayor caso de corrupción política de la historia democrática de España. Así, podrida desde la raíz, arrancó esta legislatura. Nadie cuestiona los resultados electorales sino la forma en la que Sánchez ha logrado su investidura. Podrá ser legal, pero es absolutamente inaceptable. Y lo que nace podrido no puede crecer sano. Lo que nace de la mano de los proetarras de Bildu y de los golpistas catalanes no puede ser bueno para España. Quizás sí lo sea para Sánchez, pero no para nuestro país.
En la sesión de control de este miércoles, más allá del disgusto por la investigación judicial contra su mujer, Sánchez mostró su peor cara en una frase dirigida a Feijóo que avergüenza a cualquier persona de bien: “Fíjese lo que ha sucedido, nueve de cada diez votos del pasado domingo en Euskadi fueron a partidos políticos que apoyaron esta investidura y a este gobierno y a las políticas que estamos desplegando durante estos meses de la legislatura, nueve de cada diez”.
Sánchez es esa frase. Es el tipo sin principios ni escrúpulos que igual que llama “cobardes” e “incompatibles con la democracia” a Bildu, siete días después se apropia con orgullo de sus votos. Sánchez tenía que haber dimitido hace mucho tiempo por otros muchos motivos. Probablemente por los trapicheos de su mujer también. Al menos tendría que dar explicaciones en lugar esconderse disfrazado de víctima de un complot imaginario.