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El colapso definitivo entre PSOE y Podemos destapa la soledad de Yolanda Díaz

La coalición ya no da más de sí aunque ninguno de sus miembros quiere su voladura en vísperas del 28-M. Y, mientras, la vicepresidenta se ha quedado ninguneada y en tierra de nadie.

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, sola en su escaño con gesto pensativo.

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Si el escasísimo crédito político de Irene Montero ha quedado achicharrado por el esperpento de su ley de solo sí es sí, y el liderazgo de Pedro Sánchez como presidente notablemente erosionado por su inacción; hay una tercera víctima colateral del bodrio legislativo del ala morada del Consejo de Ministros, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

El proyecto de Yolanda Díaz ha quedado estas semanas seriamente comprometido. Tanto en los ataques e insultos a los empresarios estratégicos como en la actitud numantina con el sí es sí, Podemos ha recuperado el pablismo puro y duro.

Porque muchos dirigentes socialistas -según reconocen fuentes de Ferraz a ESdiario- confiaban en el “supuesto” liderazgo de Díaz para haber arreglado hace semanas el desaguisado organizado por la ministra de Igualdad. Que ahora ha llevado a la coalición al colapso total y a un desencuentro entre los dos socios muy díficil de reparar.

Pero lejos de asumir el mando del llamado “espacio confederal”, Yolanda Díaz no solamente se ha “escondido” -denuncian desde el PSOE- si no que se ha mostrado impotente para imponer la jerarquía sobre Ione Belarra e Irene Montero. “Belarra está desatada y Montero crecida”, se lamentan en privado varios ministros socialistas.

Yolanda Díaz, la gran ausente este domingo el acto de reivindicación de Irene Montero.

Y es que cansada de esperar a los “ritmos” de la vicepresidenta y sus amagos con Sumar, la cúpula de Podemos ha decidido usar el escándalo del sí es sí como su mejor munición electoral para levantar sus encuestas catastróficas para el 28-M.

La "coalición progresista" ya no da más de sí aunque ninguno de sus miembros quiere su voladura en vísperas del 28-M. Y, mientras, la vicepresidenta se ha quedado ninguneada y en tierra de nadie.

En el entorno de Díaz se reconoce la “incomodidad” de la numero tres del Gobierno con el órdago de Belarra a Sánchez. Porque, en esta ocasión, una cita personal de ella con el presidente para desactivar el artefacto de los voladores beneficiados ha sido, literalmente, imposible.

El proyecto de Díaz ha quedado estas semanas seriamente comprometido. Tanto en los ataques e insultos a los empresarios estratégicos de España como en la actitud numantina con el sí es sí, Podemos ha recuperado el pablismo puro y duro. Y Díaz no ha sido ni siquiera capaz de frenar un vídeo de la cúpula morada comparando a Sánchez con Abascal. Casi nada…

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