Las cuentas pendientes del PSOE andaluz: Sánchez y Espadas vetan a Susana Díaz
A la expresidenta de la Junta y ganadora de las últimas elecciones en Andalucía sólo se la seguirá viendo en los programas de televisión porque la eliminan de todos los mítines electorales.
El Partido Socialista de Andalucía se enfrenta a una campaña electoral ocupando un papel en el que nunca antes se había visto. Gobernando la Junta durante 37 años, esta es la primera vez que tienen que luchar por los votos de los ciudadanos después de casi cuatro años en la oposición.
El candidato del PSOE, Juan Espadas, recorre la comunidad y se acerca a aquellos municipios en los que gobierna y donde mantienen a sus principales votantes, mientras que se reserva los mítines de las capitales para compartir escenario con el líder de su partido y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para respaldar una a una sus medidas, las mismas que quiere aplicar en la región.
Pero un detalle que no se le escapa a nadie en esta carrera electoral es que en los actos socialistas no aparece antigua poderosa baronesa socialista y expresidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.
A la de Triana ni se la ve ni se la espera, porque el proyecto de Espadas quiere borrar no sólo el pasado de la corrupción de los ERE con los también expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán condenados, sino también su pasado más reciente.
Espadas y Sánchez cierran juntos su agenda
En esta campaña no van a darle ningún papel a Susana Díaz, a pesar de que ganó las elecciones de 2018 con 33 diputados, eso sí, con los peores resultados de la historia del socialismo andaluz.
También ha sido ella la que ha protagonizado los debates parlamentarios durante más de la mitad del mandato con el presidente del PP-A y de la Junta, Juanma Moreno. Pero su derrota en las primarias contra Espadas en junio de 2021 le hizo dar un paso al lado y evitar cualquier confrontación, y para sacarla del escenario andaluz le buscaron un puesto como senadora.
A partir de ese momento la expresidenta está desaparecida del mapa político en el sur y ahora se la puede ver a través de la pantalla de televisión, como colaboradora del programa 'Todo es mentira' que conduce Risto Mejide y donde se encarga con las 'formas coloquiales' habituales de la sevillana, las políticas del que fue su rival, Sánchez.
Es el secretario general del PSOE es el que ha asumido el control de la campaña en Andalucía, a pesar de que la federación del sur defiende su autonomía, e incluso ha decidido el modelo de financiación. Y como era lógico también marcan quien interviene en los actos y, desde luego, en el reparto de papeles no hay ninguno para la senadora, por lo que sólo queda como nexo de unión encontrarse en los pasillos de la Cámara Alta.
Susana Díaz, ya rendida, saluda a Pedro Sánchez en el Senado tras ser enchufada como senadora.
Tampoco cuentan con los que acompañaron en la legislatura a Díaz, la mayoría de los diputados que han participado en la labor de oposición han sido relevados, para dar esa imagen de 'aires renovados'. Sin embargo, aunque hayan cambiado las caras, el tono en el debate parlamentario ha sido de lo más duro y menos constructivo hacia el bipartito de PP y Cs, es decir, se han mantenido las mismas formas bruscas que tenía Díaz.
Por ello, tampoco extraña que los sondeos reflejen la incapacidad del candidato, y también senador, de superar los resultados de su antecesora y se mantiene estancado en los mismos 33 escaños.
Espadas se agarra a Sánchez como tabla salvavidas en una precampaña en la que no acierta con el mensaje que le desmontan los propios datos que publica el Ejecutivo central sobre empleo, autónomos, crecimiento económico o poblacional.
Este sábado se vuelven a citar en Sevilla para otro acto, el tercero juntos en esta precampaña y se espera que el presidente del Gobierno acuda otras cuatro veces a Andalucía hasta que llegue el 19 de junio.
En el próximo mitin los secretarios nacional y regional volverán a presumir de siglas, porque aseguran que se sienten orgullosos de los logros en Andalucía, mientras los andaluces esperan que se recuperan los millones dilapidados en la mayor trama corrupta de España, la de los ERE y la Faffe de la que la propia Susana Díaz trató de zafarse argumentando que "no estaba allí".