Convulsión en el PPCyL: el ascenso de Maillo pone a Herrera al límite
El nombramiento del zamorano, enfrentado a él, podría ser el empujón definitivo para que el veterano barón se presente a la reelección; una huida hacia delante con el partido dividido.
El ascenso de Fernando Martínez Maillo a coordinador general, un cargo que el PP no tenía desde los tiempos de Ángel Acebes, ha provocado un efecto colateral: la ruptura de los últimos puentes entre Mariano Rajoy y el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera.
No ha sucedido de un día para otro. La relación entre ambos presidentes se ha ido enfriando en los últimos años hasta convertirse en gélida a escaso mes y medio del Congreso regional del PP de Castilla y León, adonde sin duda llegará la onda expansiva de lo ocurrido este fin de semana en la Caja Mágica.
Y tendrá consecuencias. En los pasillos del 18 Congreso nacional del PP se barruntaba entre los populares castellanos y leoneses que el nombramiento del zamorano, con quien Herrera mantiene un enfrentamiento indisimulado desde hace años, podría ser el empujón definitivo para que el burgalés se presente a la reelección, algo que aún no ha anunciado.
Sería, en realidad, una especie de huida hacia adelante a sabiendas de que tiene en contra a buena a parte del PPCyL y de los presidentes provinciales.
Herrera es consciente de que la decisión, ésta sí, es enteramente suya: Rajoy no le impedirá presentarse de nuevo para un cargo que ocupa desde 2002. Además, si así lo hace a priori ninguno de los candidatos dispuestos a sucederle daría un paso al frente para competir contra él. Ni el secretario general del partido, Alfonso Fernández Mañueco, ni el alcalde de León, Antonio Silván. Salvo sorpresa mayúscula.
En horas bajas
A estas alturas lo único claro es que Herrera ha caído en desgracia en Génova 13, frente a la pujanza de barones como Cristina Cifuentes y Alberto Núñez Feijóo. Ya no es sólo el ascenso de su enemigo íntimo; ni siquiera le ha salido bien su jugada para colocar en el Comité Ejecutivo Nacional a alguno de sus hombres de confianza.
El presidente de Castilla y León intentó que Rajoy y María Dolores de Cospedal hicieran un hueco en dicho órgano de decisión a su mano derecha y consejero de Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez. No lo logró. Al ver que el controvertido "Pica" se quedaba fuera, quiso que al menos entrara el presidente de la Diputación de Valladolid, Jesús Julio Carnero. Pero tampoco lo consiguió.
En público nadie en el PPCyL se atreve a rechistar a Herrera
El PPCyL vive una situación convulsa, aunque nadie se atreva públicamente a rechistar a Herrera, que lleva yéndose tantos años -o anunciándolo más bien- que los suyos ya han perdido la cuenta. Cómo será que los compromisarios de Castilla y León en este 18 Congreso nacional del PP ni siquiera se han hecho una foto de grupo con su presidente regional, como es costumbre hacer por comunidades.
Herrera quiere pilotar su sucesión, y sabe que abandonando ahora la Presidencia del PPCyL, en su peor momento, no podrá. Porque su plan inicial, el de hacer su heredera a Rosa Valdeón, se truncó cuando, en septiembre de 2016, la entonces vicepresidenta de la Junta dio positivo en un control de alcoholemia y tuvo que dimitir (a día de hoy sigue siendo procuradora de las Cortes y es asesora del presidente).
Anunciará su decisión en cuestión de días. Semanas a lo sumo. La sensación general en Castilla y León es que haga lo que haga el partido se resentirá.