La inflación desborda al Gobierno y amenaza con dinamitar el plan de Moncloa
El IPC se dispara y alcanza el 4%, su récord desde 2008. Y desata todas las alertas de los economistas. Luz, gas y petróleo siguen descontrolados y Moncloa se niega a revisar su estrategia
Por todo el mundo, desde Washington a Pekín, pasando por Londres y Bruselas, se han activado todas las alarmas. Y los economistas de medio mundo -con los españoles a la cabeza- no dejan de advertir de que de nuevo vienen curvas. Primer síntoma: la inflación se ha desbocado, marca este miércoles un 4% y suma un récord inédito desde hace 13 años.Pero Moncloa no quiere que la realidad le empañe su momento clave -la aprobación de los Presupuestos de 2022 que garantizarán a Pedro Sánchez la legislatura completa- y sigue vendiendo brotes verdes y chequera pública para atraer al sí a sus socios clave: PNV, ERC y Bildu.
Sin embargo, en la Vicepresidencia de Nadia Calviño se amontonan desde hace varias semanas los problemas. El primero, una muy comentada deserción de altos cargos con la marcha de sus despachos de varios estrechos colaboradores del cerebro económico del Ejecutivo. El segundo, el demoledor jarro de agua fría que el INE volcó sobre las previsiones del Consejo de Ministros la pasada semana.A estos dos contratiempos se suman varias variantes de las últimas horas más que preocupantes. A un nuevo récord del precio de la luz se unen las tarifas desbocadas de otras materias primas claves como el gas y el petróleo. Lo que algunos expertos consideran síntomas de una inminente crisis de materias primas que está provocando ya un cerrojazo de inversiones en muchas empresas que son motor de la economía española. Buena prueba de ello es la bolsa, en la que el IBEX protagonizó este martes su jornada más negra del año.
Lo que inquieta cada día más a los empresarios y los autónomos es que Calviño sigue sin dar señales de fortaleza frente a Podemos, ni de que Sánchez le haya dado todo su apoyo para la hoja de ruta presupuestaria que debe llegar al Congreso este octubre.Tras resistirse a ello, Moncloa ha obligado a la vicepresidenta a ceder ante Yolanda Díaz y Podemos negocia ya con María Jesús Montero un mínimo del 15% en el Impuesto de Sociedades, que Economía negó con firmeza hace apenas unas semanas. La propia titular de Hacienda defendió en publicó que prefería aplazar cualquier aumento de la fiscalidad hasta la primavera, para que un comité de expertos concluya su informe sobre la reforma global de impuestos que Sánchez quiere aplicar. Pero Díaz y Belarra lo han impuesto como condición para acordar el borrador de los PGE.
Sánchez y Calviño: su Plan de Recuperación en cuarentena. Y en este escenario tan abierto, este martes el Consejo de Ministros dio luz verde a la subida del SMI que exigía el ala morada y los sindicatos para garantizarle a Sánchez un otoño tranquilo en las calles.Una calma que le acaba de arruinar el secretario general de UGT, Pepe Álvarez. "Hay que decir la verdad: la subida en 15 euros del salario mínimo es una mierda. O el 1 de enero está en 1.000 o se acabaron los pactos", ha amenazado.
Fuentes consultadas por ESdiario aseguran que el único miembro del Gobierno que está hablando con claridad en este septiembre convulso es José Luis Escrivá. Y que con una oleada inflacionista como la que se vaticina habrá un nuevo agujero público en la partida para las pensiones. Pero el titular de Seguridad Social ha sido obligado a recular en público. Moncloa no quiere que nada ni nadie oscurezca sus brotes verdes. Aunque los hechos y los informes mundiales los amenacen.