El alcalde de Mataró da un escarmiento a los independentistas que le acosan
Es cierto que más de 500 alcaldes han puesto ya por escrito su respaldo al referéndum ilegal, pero otros muchos se mantienen firmes en defensa de la ley a pesar de las amenazas que reciben.
En las últimas horas, desde la aprobación de la recurrida Ley del Referéndum, los alcaldes de Cataluña se han convertido en el oscuro objeto de deseo de los secesionistas. Mientras el PDCAT, ERC y la CUP han movilizado a sus primeros ediles, otros tantos regidores -tras elevar las consultas pertinentes a sus servicios jurídicos y a los secretarios municipales- tratan de imponer el cumplimiento de la legalidad vigente.
Especialmente llamativo ha sido el caso del alcalde de Mataró, una de las más pobladas ciudades de Cataluña, que este mismo jueves tuvo que soportar frente a la sede del Consistorio una manifestación de 400 independentistas que le exigieron que cediera los locales municipales para la consulta ilegal del 1-O.
David Bote, del PSC, gobierna el municipio de Mataró con el apoyo de tres concejales de la antigua Convergencia -mantienen el nombre de su antigua marca- frente a otros ocho grupos políticos que comparten la bancada de la oposición.
Pues bien, este viernes, en declaraciones a COPE Bote ha enfatizado que pese a las presiones "voy a cumplir la ley porque es la garantía de la democracia", dando así el mejor escarmiento que se puede dar a los que tratan de violentar las libertades del resto.
"Uno tiene que mantenerse firme en sus convicciones", ha resaltado, al enfatizar que "no es tarea de los alcaldes poner urnas". "Me mantengo firme en lo que prometí cuando asumí el cargo: cumplir la ley", sentenció.
Preguntado si se siente presionado por las amenazas vertidas en la concentración que se produjo el jueves, Bote ha manifestado su "respeto" a los manifestantes. Pero, ha añadido: "El mismo respeto que pido para mi decisión".
Una posición no unánime en el PSC
La valiente decisión del alcalde de Mataró no está siendo seguida de forma unánime por los 122 alcaldes socialistas catalanes. Dado que su líder, Miquel Iceta, renunció hace meses a impartir una directriz clara, más allá de instar a sus ediles que consultaran a sus servicios jurídicos, el caos se ha instado en las filas del PSC.
Frente a posiciones como la de David Bote o la del alcalde de Lérida, Angel Ros, varios ediles socialistas -de entre los más de 500 regidores de todo signo que sí que han ofrecido sus consistorios para la consulta- han mostrado su disposición para colaborar con el 1-O.
Especialmente llamativa está siendo la actitud del líder del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, que gobierna en coalición con el partido de Ada Colau y es teniente de alcalde.
Pese al simbolismo que representa la posición del mayor municipio de la Comunidad, Collboni se ha limitado a anunciar que asumirá el dictamen de los juristas del Ayuntamiento. Pese a los crecientes y sucesivos guiños de Colau a la participación en la consulta del 1-O.