El Rey recoge el sentir ciudadano y lanza una advertencia a los partidos
Felipe VI admitió el fracaso de las fuerzas políticas y comenzó la última la ronda de contactos en Zarzuela con la mirada puesta en las urnas y un sonoro tirón de orejas a los políticos.
El Rey Felipe VI comenzó este lunes la última ronda de contactos con los partidos dando por supuesto que habrá nuevas elecciones y aprovechando para darles un tirón de orejas por no haber hecho los esfuerzos necesarios para llegar a un acuerdo de Gobierno, la postura que el Monarca siempre defendió.
En este sentido les pidió que, puesto que no han sido capaces de entenderse y gestionar la voluntad de los ciudadanos que votaron el 20-D, deberían ahorrar en la campaña electoral si finalmente hay que repetir las elecciones generales el próximo mes de junio. Asimismo, mostró el hartazgo generalizado al pedir a las fuerzas que están desfilando por el Palacio de la Zarzuela que no "cansen" a los ciudadanos ante ese nuevo proceso.
Según explicó en rueda de prensa en el Congreso tras su encuentro con el Monarca el diputado de Foro Asturias, Isidro Martínez Oblanca, el jefe del Estado comentó expresamente este asunto durante su conversación.
"Ha expresado su deseo de que los partidos no cansemos a los electores y no hagamos una campaña especialmente gravosa para la economía del país", desveló el diputado asturiano, que concurrió en coalición con el PP en las generales del pasado 20 de diciembre.
También el diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, quien inauguró la tercera ronda de consultas convocada por Felipe VI desde las elecciones señaló que el Monarca no vería mal que hubiera un acuerdo para reducir el gasto que supondrá al erario público el hecho de repetir las elecciones.
Según su relato, fue él quien defendió ante el jefe del Estado la conveniencia de poner límites al "dispendio" en el que, desde su punto de vista, incurren los partidos en los procesos electorales, una reflexión, con la que su interlocutor se habría mostrado de acuerdo.
En concreto, Quevedo es partidario de limitar gastos en cartelería y cuñas radiofónicas, por ejemplo, pero no en el envío postal de propaganda que está subvencionado para los partidos que tienen grupo parlamentario propio y que recalcó, es dónde más dinero público se invierte.
A su juicio, "el 'mailing' difícilmente se puede eliminar" puesto que su supresión "probablemente dañaría la participación". En su opinión, hay muchos ciudadanos que prefieren llevar la papeleta de votación desde su casa porque se sienten "incómodos" teniéndola que coger en el propio colegio electoral.