El dilema de los candidatos: obedecer a Sánchez o autogestionarse e ir por libre
Después del Comité Federal "a la búlgara" del PSOE, su dirigentes territoriales enfilan las vacaciones tumbados en el diván. Porque se temen un ordeno y mando de Moncloa que los apuntille.
Consumado el golpe de mano de Pedro Sánchez en el PSOE, con toda la dirigencia socialista en primer tiempo de saludo, el nuevo núcleo de mando con su cuartel general en La Moncloa afronta el gigantesco reto de dar un vuelco a las envuestas (y las tendencias) y comenzar a diseñar la estrategia electoral de cara a las citas de 2023.
Sánchez pretende ser él mismo, por las personas interpuestas de María Jesús Montero, Patxi López y Pilar Alegría, el que unifique mensaje y lance a la arena a sus candidatos a las autonómicas y municipales con un nuevo mantra para recuperar a sus votantes.
Ya no será la "marca social democracia" sino el espíritu Robin Hood. El PSOE es el único partido en España que se atreve a quitárselo a los “ricos” para entregárselo a los pobres. Aunque está por ver si este "giro a la izquierda" casa bien con las necesidades y conveniencia de los Emiliano García Page, Guillermo Fernández Vara y Javier Lambán y los cientos de alcaldes que aspiran a renovar su mandato.
Especialmente comentada ha sido, en este sentido, la ausencia del presidente valenciano Ximo Puig en la cita de este sábado. Porque el jefe de la Generalitat y del PSPV siempre acude a este tipo de cumbres. Muchos interpretan que en está ocasión, con un solo gesto, ha preferido guardar las distancias.
No obstante, el primero en olerse lo que se avecina -ni siquiera está confirmando que Ferraz acepte su candidatura alegando motivos de salud para imponer en su lugar a Pilar Alegría- es el aragonés Javier Lamban. Que este jueves, tras conocerse la fumata de Sánchez dijo tres cosas importantes para los cuadros medios socialistas.
El Comité Federal "a la búlgara" de este pasado sábado deja paso al pánico de los dirigentes territoriales socialistas, los primeros en enfrentarse con las urnas.
Primero, que los nuevos nombramientos son de la exclusiva autoría de Sánchez. Segundo, que se deben a una evidencia que Moncloa no quiere reconocer, que el PSOE no está bien. Y tercero, que en cualquier caso, él como líder regional exige plena autonomía para tomar decisiones y rechaza las injerencias de los nuevos aparatchik del partido en Madrid.
Lamban, como Page y Vara, son conscientes de que aparecer en su campaña electoral autonómica y municipal abrazados a Podemos, ERC y Bildu, será letal para sus intereses. Ellos representan mejor que nadie al viejo militante del PSOE. Y en los cementerios de muchos de sus pueblos reposan la gran mayoría de las mil víctimas mortales de ETA. Imposible defender el discurso oficial de Sánchez de que los diputados de Arnaldo Otegi son equiparables a los otros 345 del Congreso.
Según fuentes de ese otro PSOE consultadas por ESdiario, la intención de sus líderes es reclamar a Sánchez la mayor autonomía posible para diseñar sus campañas en clave local, presentando al PSOE como el "partido central", capaz de pactar a ambos lados y más volcado en la gestión que en la ideología.
Los gatillazos de Sánchez y sus estrategas en Moncloa y Ferraz en Madrid, Castilla y León y Andalucía pesan ahora en el resto del socialismo periférico. Las encuestan son inquietantes para varios de los barones y muchos de sus alcaldes arrastrados por el hundimiento de la imagen y valoración del presidente del Gobierno y la gran mayoría de sus ministros.
Por eso los candidatos quieren autogestión y pocos aterrizajes nacionales. Porque ahora no hacen otra cosa que espantar al votante socialista. Que se lo pregunten a Juan Espadas.