El PSOE se esconde bajo tierra y abandona a su suerte a la ministra Delgado
Los largos tentáculos del excomisario José Villarejo planean ya sobre el Consejo de Ministros. Las últimas grabaciones la han hundido y en Ferraz reina la alarma: "No hay dos sin tres"
"El PSOE no va a gastar ni una bala en defensa de Dolores Delgado. Era un experimento arriesgado y ha salido mal". De esta forma define un dirigente socialista la endiablada situación de la ministra de Justicia, tras la publicación este lunes de las grabaciones realizadas en secreto por el excomisario José Villarejo, y que confirman que la exfiscal de la Audiencia Nacional ha mentido, y en varias ocasiones, en la última semana. Ahora dice que coincidió con el policía de las clocas al menos en tres citas.
El terror ante la posible tercera dimisión en el gobierno de Pedro Sánchez en tres meses es tal, que Ferraz decidió suspender este lunes su habitual comparecencia ante los medios de comunicación. La dirección socialista había anunciado la rueda de prensa del ministro de Fomento y número tres del partido tras la reunión prevista de su Comité Electoral. Pero cambió de planes tras los demoledores audios hechos públicos por el portal moncloa.com.
Alegó problemas de agenda de Ábalos, pero tampoco recurrió a otros portavoces habituales como Óscar Puente, Adriana Lastra o Cristina Narbona. Según fuentes socialistas consultadas por ESdiario, la cúpula del PSOE da por "achicharrada" y "amortizada" a Delgado, más aún por su estrategia de "atrincheramiento", tras las revelaciones sobre sus maniobras junto al exjuez Baltasar Garzón y el siniestro Villarejo.
Pero si ya el caos reinante en el Ministerio -con el cese en dos semanas de sus responsables de comunicación y al menos tres versiones contradictorias de su titular-, había provocado el estupor de los socialistas, el comunicado difundido por Justicia este lunes ha desatado todas las alarmas en Ferraz, que lo considera una "insostenible huida hacia adelante".
Delgado atribuye a la "estrategia procesal" de Villarejo, consistente en "atacar al Estado", la difusión de las grabaciones y se sitúa, junto al Rey Juan Carlos, como víctima del excomisario encarcelado.
"El comisario José Manuel Villarejo se encuentra en prisión provisional como presunto autor de delitos muy graves. Su estrategia procesal es atacar al Estado y sus instituciones. Primero cargó contra la Jefatura del Estado con grabaciones relacionadas con el rey emérito. Ahora ataca al Ejecutivo en la persona de la ministra de Justicia", afirma el comunicado.
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, el pasado martes en la tribuna del Congreso de los Diputados.
La ministra admite en la nota que a lo largo de sus 25 años como fiscal de la Audiencia Nacional "tiene recuerdo de haber coincidido con el comisario en tres ocasiones junto con otros mandos policiales y cargos judiciales". Pero en el PSOE, dados los antecedentes de Villarejo en grabar de forma oculta todos sus encuentros, se da por hecho que en los próximos días van a aparecer nuevos audios comprometedores.
Audios que ya han confirmado, en esta primera entrega, la familiaridad con la que Villarejo se dirige a la ministra, a la que llama "Lola", el apelativo con la que la conocen sus más cercanos en la Audiencia Nacional. Además, en la carrera judicial ha provocado indignación la forma insultante y homófoba con la que Delgado y el exjuez Garzón se refieren a varios compañeros de la Judicatura.
Obligada por las evidencias y abandonada por el PSOE, Delgado anunció este lunes que comparecerá en la Comisión de Justicia del Congreso para dar explicaciones. Pero lo hizo después de que PP y Cs ya hubieran registrado su petición de comparecencia y Podemos se haya sumado a la petición de explicaciones.
La llegada de Delgado al Gobierno ya provocó un enorme malestar en un importante sector del PSOE, que criticaba su cercanía extrema al exjuez Garzón, persona non grata para la mayoría de los socialistas. Incluso obligó a Sánchez a alterar sus planes. Tenía reservado el Ministerio del Interior para Margarita Robles, pero esta se negó tajantemente al conocer que estaba obligada a hacer tándem con Delgado -su enemiga acérrima desde hace décadas- en Justicia.
En los próximos días, cuando regrese de su gira americana, Sánchez tendrá sobre la mesa el dosier Delgado. Y con el comisario Villarejo de por medio, muchos dirigentes socialistas se han echado en las últimas horas literalmente a temblar. E ironizan tras las dimisiones de Màxim Huerta y Carmen Montón: "No hay dos sin tres".