Ana Pastor contra Meritxell Batet: la "prueba de fuego" del plan de Sánchez

Mientras PP y PSOE engrasan sus maquinarias negociadoras designando a sus interlocutores para desbrozar el camino a la investidura, el calendario postelectoral del 23J conduce ya a una fecha decisiva que puede marcar el resto del proceso: el 17 de agosto. Ese día se constituirán las nuevas Cortes Generales salidas de las urnas y se elegirá a la tercera institución del Estado, la presidencia del Congreso.

Nunca en España ha presidido la sede del Palacio de la Carrera de San Jerónimo un diputado que no fuera del partido que ganó las elecciones. Pero esta vez eso puede cambiar.

La nueva Mesa del Congreso debe autorizar que ERC y Junts tengan grupo propio sin haber alcanzado el mínimo reglamentario. Por lo que se da por hecho que apoyarán a un presidente socialista de la Cámara

En la votación de ese 17A se van a ver las intenciones y los apoyos de los dos grandes partidos. Y sobre todo, hasta qué punto Pedro Sanchez y Frankenstein cruzan la línea roja y toman -desde la derrota el pasado domingo- el control de la Cámara.

No es un asunto menor, en una legislatura convulsa e inestable como la que se presenta. El presidente del Congreso y la Mesa tendrán el control de los tiempos, plazos, y mecanismos de auxilio al Gobierno y de boicot a la labor de la oposición.

Aunque aún no hay nombres sobre la mesa, fuentes del PP no descartan que Feijóo vuelva a confiar como candidata en Ana Pastor. Por su experiencia en el cargo, su conocimiento del funcionamiento parlamentario y por su buena relación con el resto de los grupos. Es reconocida y respetada por todo el Hemiciclo. Es también previsible que Sánchez confíe de nuevo en Meritxel Batet. Sería un premio a los espléndidos resultados de la lista del PSC que la ultima presidenta de las Cortes lideraba.

Ocho puestos claves en la Mesa

En esa cita de agosto habrá además que elegir también a los otros ocho miembros de la nueva Mesa de la institución. Según sus cálculos, sumando sus votos, los socialistas, apoyados por Sumar, podrían amarrar dos vicepresidencias y dos secretarías, mientras que el PP, sin contar con Vox, aspira al conseguir el mismo número de puestos.

Batet preside una reunión de la Mesa del Congreso de la legislatura recién finalizada.

Las votaciones que tienen lugar en la sesión constitutiva del nuevo Congreso para la elección de estas nueve personas son secretas -es decir, se realizan con papeleta y urna- y la primera es la elección de la Presidencia, un puesto al que presentarán candidatura tanto el PSOE como el PP, según han confirmado desde ambos partidos.

Logrará la Presidencia quien obtenga el voto de la mayoría absoluta, pero si en la primera vuelta no hay aspirante que llegue a esos 176 votos, se repetirá la votación entre los dos con más apoyos y se hará con el puesto quien obtenga más papeletas (mayoría simple). Un ensayo general de la votación de la investidura.

Aunque aún no hay nombres sobre la mesa, fuentes del PP no descartan que Feijóo vuelva a confiar como candidata en Ana Pastor. Por su experiencia en el cargo, su conocimiento del funcionamiento parlamentario y por su buena relación con el resto de los grupos.

A la espera de si el escrutinio del voto de los emigrantes mueve algún escaño, hoy por hoy, la elección del o la aspirante socialista en la primera votación necesitaría del concurso de PSOE (122) y Sumar (31) y al menos el de ERC (7), Junts (7), Bildu (6) y PNV (5). Todos ellos suman 178 diputados, dos más de los 176 requeridos para este trámite.

Los grupos parlamentarios, la primera decisión

Entre los asuntos sobre los que tendrá que decidir el nuevo órgano de gobierno está la constitución de los grupos parlamentarios que funcionarán en la decimoquinta Legislatura. Es decir, tendrá en su mayo la decisión sobre la futura organización parlamentaria de ERC y Junts, ya que ninguno cumple estrictamente todos los requisitos para constituir sus propios grupos parlamentarios.

Así las cosas, a las formaciones independentistas catalanas en principio les interesaría que el nuevo órgano de gobierno cuente con mayoría del bloque de izquierdas para lo que podrían contribuir a ayudar con sus votos a que el PSOE se haga con la Presidencia, de manera que ese bloque sume cinco puestos y los otros cuatro sean para el PP o a repartir entre populares y Vox.